Tras su meticuloso acercamiento al libro Breviario negro, la escritora argentina Lilian H. Cheruse vuelve a centrar su foco en un texto de Ángel Olgoso, Los palafitos. Este relato, travesía fuera del mundo que supuso un verdadero tour de force para su autor (cinco años de trabajo), es abordado desde su complejidad conceptual y sensorial, desde la aspiración de totalidad de una historia que logra deshacer las fronteras espaciales y temporales.
Acompañamos la entrada con un fragmento del relato.
UNA MIRADA AL RELATO DE ÁNGEL OLGOSO LOS PALAFITOS, POR LILIAN HAYDEE CHERUSE.
El relato integra Los demonios del lugar y es una de las cuarenta y nueve valiosas piezas literarias que lo componen. Textos con descripciones que conmueven, con paneles escenográficos, resonancias estéticas y mensajes conceptuales. Los demonios interiores y los que andan por el aire se entrometen en sus páginas y las someten a interrogantes, vuelos poéticos o inesperados horrores impregnados de belleza, dichos textos son eslabones de oro que dan sentido al título del libro de Angel Olgoso. Sin embargo, el brillo de Los palafitos tiene su propia hechura, es el resultado artesanal que, según su autor, finalizó después de cinco años de minucioso esmerilado. Esta dedicación tan particular lo ha convertido en un relato emblemático dentro de su obra. Una ficción que sorprende por su pintura fantástica, por su realismo descriptivo, por la ensoñación que se escurre en forma de reflejos, colores, aromas, sonidos y movimiento. Una visión cuya credibilidad elaboró con creación e imaginativo aporte de conocimientos, espacios dispares como quien ilustra desde una enciclopedia y da sustento a la vestimenta, costumbres, objetos, materiales, utensilios, flora o fauna de una era prehistórica, connotaciones que apoyan el tejido de esa aventura imperdible.
El relato es un “compendio” de los recursos olgosianos de este libro en cuanto al uso abarcador de esa gama de técnicas y herramientas estéticas, pero no compite con ningún relato por su factura original que lo diferencia del resto. Una narración pulida, sin fisuras, única, inolvidable. Una estructura respetuosa de los pasos de la mejor historia. Un caminar por tierra de sueños, de creación escénica con un final sorprendente pero comprensible. Una excursión botánica en un paraíso "vivo" para nuestra retina. Un entrecruce de tiempos y de misterio. La gran laguna, centro espacial donde se desarrolla la acción, es un espejo azul, un mar de vidrio con rumores en sus entrañas. A veces, el lago se transforma en un remanso iluminado, otras, en quietud centelleante y también chapotea contra los pilotes cubiertos de madréporas. Los palafitos giran como diáfano espejismo brindando una intemporal escena circundando el cuenco lacustre. La inclusión de un diálogo como eje temático conecta todo el cimiento esquemático y descorre el velo de lo inasible desde esa magistral comparación que introduce al hombre de la travesía en la región incierta. Es un sólo paso el que deberá dar para entrar en ese mundo diferente. Expresa el escritor sobre ese cruce de líneas: separó las grandes ramas de un sauce como si se asomara a través del telón de un teatro. La comunicación entre el hombre de la expedición primaveral y el antiguo pescador derrapa en el modo de percibir la realidad porque cada uno responde a dimensiones diferentes. Ellos se aceptan por la lectura de sus gestos y miradas y no por las palabras. Preguntas, respuestas y aseveraciones entre ambos no pueden conciliarse. Hasta que, el hombre urbano que ha llegado al reino encantado, no puede sostener más su verdad porque el habitante de los palafitos lo acerca a la suya que es presente. Un tramo antes del final, se impone la oscuridad como una noche sin horas y el fenómeno descubre otro tramado, la turbulencia de aquello que no sabemos cómo definir, que no conocemos, que nos alerta, que nos despierta con otras consignas. Hay miedo y negación en esa entrada a lo ignoto, al ruido abismal y estremecedor de la tierra, al zumbar del agua, al fluir de las fuerzas primitivas de la naturaleza y de la conciencia. Luego deviene otra quietud, otro despertar, el de la deconstrucción del mundo como concepto totalizador, como un símbolo metafísico de nuestro limitado raciocinio, de las escasas herramientas científicas y filosóficas conque el hombre armó la estructura mental del universo, nuestra continuidad geológica y genealógica. Interrogantes sobre nuestro planeta y todos los ítems que lo componen en calidad de tal. Sin embargo, no es un ensayo, es una taracea de palabras sobre un plano literario, palabras de onda lumínica, de ocaso, de oleaje de oro, de mañana plena y noche cerrada, de temblores nocturnos, de desconcierto y certeza, de retablos multicolores y cascada de emociones, de imágenes sensorias, de extrañeza, suspenso y revelaciones. Escena lacustre inmaterial, fuera del mundo, mirlo blanco, Valle de las Rosas, de tallos de carrizo, campanillas azules, pan del diablo, jacintos y lentejas de agua, de plantas extrañas o extinguidas, postal de aromas y sabores, de sonidos y de aldea ignota.
El comienzo es una introducción al viaje mágico y atemporal de un protagonista al que acompañaremos en esa aventura cuya escenografía y consecuencias nos sorprenderá tanto como a él. La historia narrada en primera persona y su diálogo con el coprotagonista (personaje de una era primitiva), nos permitirá conocer el paisaje deslumbrante y extraño de esta estampa de tiempo, espacio y conciencia. Las descripciones son tropos purísimos que también se incluyen en las enumeraciones y, a medida que avanza el relato y su definición, aumentará su caudal escenográfico. El texto es una travesía fuera del mundo con nombre de botánica, pétalos, agua de cobalto, espejos de luz y entorno de palafitos. El camino hacia el desenlace nos sacude. Mientras dialoga con el antiguo pescador bajo el techo de una choza se extiende la oscuridad y es allí donde, a partir del despertar de una nueva conciencia del protagonista, las enumeraciones se aceleran y se alargan como una catarata estética con el fin de romper el basamento humano y su cosmovisión. Es cuando el nudo se desata y el coleccionista es ganado por la angustia visceral, aquella que antecede al hombre que abre los ojos después del letargo. Entonces, luego de la revelación y con otra conciencia vivencial, sentirá añoranzas de aquella compañera ancestral, de aquel tiempo juntos en su hogar de palafito…
LOS PALAFITOS (fragmento)
... La verosimilitud que antes me llegaba en leves y dispersas oleadas, me alcanzó ahora de lleno, de forma instantánea: vastos tapices de civilización se desintegraban ante mis ojos como por ensalmo; las infinitas y vivas ciudades, los encajes de colosales arquitecturas, se hundían de nuevo en repentinos mares de polvo y de hierba; la catedral de los logros humanos, trabajosamente erigida, se desleía en gravilla y aire; una multitudinaria y frenética hueste de titanes, un laborioso ejército de canteros, una batalladora tropa de constructores de imperios, una tumultuosa sucesión de generaciones se disipaban como espectros colectivos en el vacío, en la esterilidad, en la nada; los clamores de la piedra y el mármol, de las campanas y los martillos, eran reducidos al silencio; la crónica de las hazañas, de las efemérides, de los pueblos, de los nombres en los siglos del mundo se secaban en mi mente como efímera baba de caracol; las edades, las mareas, las órbitas planetarias, los cielos septentrionales y meridionales, devorándose a sí mismos, retornaban al fresco comienzo, a su semilla, a su matriz intacta. Apenas resultaba tolerable tal cúmulo de visiones. Me di cuenta de que hallaba cada vez más difícil invocar a mi memoria, imaginar lo que no veía, establecer analogías entre lo evidente y lo que se iba haciendo remoto, recobrar lo que ni siquiera había sucedido. Como si hubiera envejecido miles de años mediante un conjuro, o hubiera rejuvenecido y viviera en cualquier caso a destiempo. El sol nunca doró soberbias cúpulas, ni fastuosos palacios, ni castillos, ni pirámides, ni menos aún rascacielos, nunca caldeó anfiteatros, templos o mausoleos; el viento nunca hizo girar molinos, nunca lamió obeliscos o estatuas, torres o minaretes, no se coló bajo arcos de triunfo, nunca pirueteó en gloriosas y elegantes avenidas ni atacó callejuelas miserables y ennegrecidas. La fantasmagoría desplegada impávidamente tras el fortuito encuentro con el pescador disolvía los recuerdos, apagaba luces y faros, atomizaba volúmenes de toda clase y tamaño, desvanecía hitos históricos cuyo eco dejaba de oírse en la inmensidad del pasado, desprendía hojas de calendario que caían como pétalos y sépalos marchitos, como ceniza de un tiempo inexistente, preludiando una especie de súbita y atroz extinción, de zozobra abismal, de olvido...
Lilian Haydee Cheruse: oriunda de la ciudad de Baradero y radicada en la ciudad de Rosario, Argentina; Profesora en Letras con un Posgrado Internacional en Cultura y Comunicación. Formó parte de la Comisión Directiva de la Asociación Amigos de la Biblioteca Argentina en Rosario (2007-2012). Integró el personal de planta del Concejo Municipal de Rosario culminando su carrera administrativa en dicha institución como Directora General de la Comisión de Cultura y Educación (2016-2018). En años anteriores organizó actividades culturales e integró grupos ligados a la cultura, algunos desde su coordinación. Obtuvo en el año 2007 un Diploma otorgado por el Movimiento Cultural Rosarino en reconocimiento a la labor desarrollada en el área de la Cultura. El 27 de noviembre del 2010 durante el acto de presentación del libro de cuentos y relatos Lilian Escribe (Ed. Cuenta Conmigo) el Concejo Municipal de Rosario le otorga por Decreto un Diploma de Honor por su labor en la Cultura y declara de Interés Municipal dicha publicación. Ha sido panelista en programas de Televisión y radio con contenido de interés general. Colaboró con el Programa de TV que emitía Cable Hogar, Canal 4 de Rosario: “El Concejo + la gente”, asiste como invitada a programas de radio por su rol como escritora y ha visitado escuelas para dialogar con los alumnos sobre sus publicaciones. Autora de prólogos y reseñas literarias, incluyéndose una reciente para una muestra pictórica. Participó en diferentes Antologías. En mayo de 2018 publica el libro de cuentos para niños El cometa tiene un secreto (Ed. Cuenta Conmigo), declarado de Interés Cultural y Literario por la ciudad de San Lorenzo, junio de 2018. En octubre de 2018 publica Vuelta Locas, cuentos y relatos (Ed. Cuenta Conmigo).
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