Aquí os cuelgo mi retrato de este escritor a la vez grande y humilde.
Con este cuadro he querido representar algunos de los mundos diversos del autor, recogiendo elementos de varias portadas de sus libros; motivos que desfilan ante una silla iluminada en la que Ángel Olgoso se sienta para plasmar su universo. A modo de sol aparece la espiral patafísica, y la camisa del escritor se transforma en un río de palabras. La técnica que he utilizado es mixta: óleo, lápiz, acrílico y pastel. En la parte superior del cuadro, a la derecha, se pueden apreciar dos fragmentos de papel recortado que llevan, manuscritas, una pequeñísima muestra de frases de sus textos. El monje que aparece es un guiño a la predilección del autor granadino por la cultura oriental.