He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

martes, 30 de noviembre de 2021

"Cuando la realidad supera a la ficción. 121 visiones sobre la pandemia del siglo XXI"

    Participo con mi texto El paso de la laguna Estigia en Cuando la realidad supera a la ficción. 121 visiones sobre la pandemia del siglo XXI, obra colectiva que recoge los microrrelatos escritos durante el confinamiento y editada por el Ayuntamiento de Molina de Segura.
    “Desde la Concejalía de Cultura se promovieron diversas actividades para paliar el desconcierto general ante una situación hasta entonces inimaginable. Una de ellas fue animar a los ciudadanos a escribir microrrelatos de un máximo de 200 palabras relacionados con la pandemia, que irían siendo subidos a las redes sociales.La respuesta superó todas las expectativas y, a lo largo de dos meses, más de ciento veinte personas aportaron sus textos. No sólo ciudadanos y ciudadanas de Molina de Segura, sino también autores y autoras de prestigio procedentes de todo el ámbito regional y nacional. Una obra de naturaleza colectiva que en el futuro nos recordará una de las situaciones más extrañas vividas por nuestra sociedad durante este siglo”.



EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA

Rehusó con firmeza las incesantes invitaciones a participar en un libro colectivo sobre la pandemia, obstinándose en la idea de que hay que devolver un reflejo estilizado y no crudo de la realidad, una especie de delicioso arrobo de emoción estética; de lo delicado de la operación de extraer el nenúfar del fango; de que la literatura, en fin, es un animal salvaje que no cría en cautividad. Al final, para no convertirse en un apestado, ejecutó a su conciencia y cedió: imaginó la historia de un Dios confinado, tembloroso y precariamente a salvo del letal organismo que había creado por error, el virus humano. Aunque acostumbrado al temor (al transmitir religión se transmite miedo) se mostraba aterrorizado ante el enigma de aquel irritante proceso y su deriva hacia el caos. En el refugio, Dios, esa gran ostra meditativa según Renan, administraba a duras penas una rutina de reclusión, y le preocupaba un combate -por toda la eternidad- con el porvenir de su especie. Desconcertantemente, el lector nunca podrá saber si hallará una vacuna que lo proteja de su propia criatura, porque ha llegado al límite de las doscientas palabras exigidas a este texto.

sábado, 27 de noviembre de 2021

"El proyecto" en el programa de radio "En su tinta".

 El texto de Ángel Olgoso El proyecto (perteneciente al libro de cien microrrelatos La máquina de languidecer) en el programa mexicano de radio En su tinta.




Reseña de "Ejemplares vivos a la luz de la luna"

 


    Ejemplares vivos a la luz de la luna, de Josefina Martos Peregrín, es literalmente un caleidoscopio. Una visión especular del otro lado de lo oscuro. Un libro híbrido, valiente, íntimo, mediúmnico, rememorativo. Una incursión en el misterio. “Una catarata como puerta mágica a otro mundo, un espejo que sólo permite el paso a quien conoce su secreto”. Con una ágil introspección, con una fluencia narrativa que hace porosos los múltiples textos que componen su última obra, Josefina sabe imbricar la historia personal con la historia universal y la mitología, las reflexiones con la información, la ciencia con la teosofía. Este dilatado caudal de historias de espejos, estas proyecciones de realidad expuestas con vehemencia formal son también la historia “del agua, la charca, el cuenco somero; la del mercurio, la obsidiana bruñida, la lámina de metal, el vidrio, la alquimia, la óptica”. Josefina nos entrega un libro imprescindible a todos los amantes de la luna (“claraboya abierta”), de las luces, de los reflejos, de las sombras, de las fotografías, de los dobles, de los fantasmas, de los tulpas tibetanos. A todos los que entran en trance “cuando estallan los perfumes de la fronda y el sexo, cuando juegan los cachorros, cantan los osos y los grillos cuentan estrellas”. A todos los degustadores de la verdadera creación literaria, artística o filosófica. Un brillante caleidoscopio, un azogue vivísimo y multidisciplinar publicado por la editorial Amarante y que se presentará el jueves 16 de diciembre, a las 19h., en el Aula 1 de la Biblioteca de Andalucía. Acompañará a la autora Jorge Fernández Bustos.

(Ángel Olgoso)

viernes, 12 de noviembre de 2021

Letrista de rock

El 24 de septiembre de 1984 escribí a toda velocidad cinco letras de canciones para Cocaína, grupo de rock de Cúllar Vega, el pueblo de Granada donde nací. Poco después se cantaron en un concierto al que no recuerdo por qué no pude asistir (me encontraba en los inicios de una errática vida laboral). Aquellos valientes amigos que integraban el grupo se llamaban (se llaman) Gonzalo, Carlos, Manolo y Gera, cantante del grupo que guardó durante décadas tan inocentes papeles. Aquí traigo, con rubor pero sin vergüenza, estos textos de juventud políticamente incorrectos e influenciados por el humor patafísico, el cine y la música popular.





BOOGIE BOOGIE CLUB

Hay un club en la ciudad donde puedes ser feliz,
hay un club salvaje donde puedes vivir
extrañas sensaciones.
No es una prisión, no es una ilusión.
¡Hey nena, tienes que rodar con las caderas
hacia el Boogie Boogie Club!
Hombres-perro y mujeres-lobo te recibirán.
“Bienvenidos al festín de los amigos”.
Te enseñarán cómo pasarlo bien
con un nuevo lenguaje. Mira cómo bailan
los mutantes en su nido brillante.
¡Hey nena, tienes que rodar con las caderas
hacia el Boogie Boogie Club!
Conocerás los rubíes de la noche
y la música magnética de los escorpiones.
Vamos, sí, aprieta tus muslos porque estás
llegando al reino de la seducción.
¡Hey nena, tienes que jugar a vida
o muerte en el Boogie Boogie Club!
¡Sí, a vida o muerte, yeah!




HERMANOS DE SANGRE

Mira, así es, somos hermanos
de sangre de la misma aguja…
Veo sacacuartos y pies planos,
vómitos eléctricos, algodones
neumáticos flotando en el
cuentagotas y borrachos
Escucha, quiero ser tu hipopótamo
meterme en tus venas, ya lo sabes.
Veo carne muerta y
brazos azules, autopistas
chicas desnudas,
garrotes de la bofia
No es nada grave, puedes creerlo,
intenta derribar el muro,
sácale brillo a tus zapatos, sí, sácale brillo.
Veo al “Soplos” y al “Vaselina”,
se merecen un chute duro. Tragaperras,
patios de sanatorio, imperdibles infectados,
colmillos de oro y chaquetas negras.
Mira, descuélgate hermano,
haz bailar tu pelo, ¿entiendes?…
Veo Filadelfia, veo Yokohama, periódicos podridos,
escenas porno, chulos de desperdicio,
parabrisas meados, órganos roídos,
patrullas de adictos contra la Brigada del Vicio.
Oye, no te lo tomes a pecho,
recuerda que somos hermanos
de sangre de la misma aguja…
Chico, quiero ser tu hipopótamo,
eso ya es un hecho.





CUERVOS BLINDADOS

Hey, mi coronel,
¿ha visto esos cuervos blindados
sobre el campo de batalla?
Límpiese las babas, sus cuervos blindados
se están pringando de sangre joven.
¡A sus órdenes, perros sarnosos!
¡A sus órdenes, soldaditos de plomo!
¡A sus órdenes, caras agrias!
Hey, mi coronel, han despachado
a mi amigo en el campo de batalla,
llevaba las manos atadas
a la espalda y en los ojos el polvo
agusanado de los cuarteles militares.
Mi coronel, sus cuervos blindados
son unos veteranos en estos lares.
Cuervos blindados, cuervos blindados.
Está metido en un buen lío, mi coronel,
apriete fuerte sus mandíbulas de cerdo
porque he puesto una bala de plata
en la punta de mis dedos.
Hey, coronel, no tema,
esto no es un linchamiento, no son torpedos,
es sólo la ley de la calle:
¡Bienvenido al campo de batalla, cuervo blindado,
bienvenido a la muerte, mi coronel!




JOE BÁSCULA

Esta es la historia de Joe Báscula,
el boxeador manco que perdió la mano
al acercarse a una gachí.
Ciento diez kilos. Un duro gancho de izquierda
conectando con la gloria.
Esta es su historia.
La vio sentada en el hotel Habana
jugándose el cuerpo con una baraja francesa.
Joe quería un fino romance,
un romance fino que lo arrancara de esa
suciedad del ring. No más peleas,
no más nariz goteando líquido rojo.
La chica paseó al boxeador solitario
de un sitio a otro. Mugrientos
suburbios y una boca de Metro.
Las sombras eran de carne y hueso.
Joe se sentía afortunado. Sería fiel
a su nena. Cuando puso la manaza
sobre su cuerpo de vainilla ocurrió todo.
No se puede creer, pero en una taza
llevaron la mano hasta la casa de empeño.
Por una gachí se ve un peso pesado dueño
del agujero de los perdedores.
Ciento diez kilos y un gancho mutilado
conectando con la gloria.
Joe sólo quería un fino romance. Ha sonado
ya la campana para su historia.
Ha sonado, ha sonado
para Joe el afortunado.




ADOPTAR UN PINGÜINO

Voy a adoptar un pingüino
Voy a adoptar un pingüino
En casa todos me amenazan
Y chillan que estoy loco
Me falta poco me falta poco.
Lo llamaré Roque
Y más que nada
Odiaremos a la gente
Pondremos hojas de afeitar
En la mermelada
Será elegante y canalla
Iremos al trabajo sin dar
Golpe llevando sólo
Un gorro de papel estraza
La cogeremos bien
Con tragos de zarzaparrilla
Mi pingüino y yo
Viviendo a cien
Yo y mi pingüino
Antes de escapar juntos
Por el ojo
De una alcantarilla.
Voy a adoptar un pingüino
Voy a adoptar un pingüino
En casa todos me amenazan
Y chillan que estoy loco
Me falta poco me falta poco.





lunes, 8 de noviembre de 2021

"El vuelo del pájaro elefante" en el programa de radio "En su tinta".

El texto de Ángel Olgoso El vuelo del pájaro elefante (perteneciente al libro de cien microrrelatos La máquina de languidecer) en el programa mexicano de radio "En su tinta".



sábado, 6 de noviembre de 2021

Reseña de "Devoraluces" en Cuadernos del Sur

El escritor Francisco Antonio Carrasco, jefe de Cultura del Diario Córdoba y coordina el suplemento cultural Cuadernos del Sur, publica en este último una magnífica reseña sobre Devoraluces.



"¿Alguien dijo que Olgoso era oscuro? ¿Quién se atrevió? Pues para demostrar que tal afirmación no es cierta ha escrito precisamente ´Devoraluces´, una colección de relatos en los que el amor, la bondad, la alegría, la esperanza o los sueños brotan gozosamente a través de un lenguaje plagado de belleza".

HÁGASE LA LUZ

Francisco A. Carrasco

Hay libros en los que su autor desarrolla una idea, defiende una teoría o nos cuenta una historia. Para ejemplarizar, para conmover, para liberarse... O sencillamente para divertirse. Y hay otros en los que se exprime, soltando lo mejor de sí mismo: el amor a la literatura, la pasión por contar, el dominio de la fabulación y la lengua...; descubriendo incluso los entresijos de su propia vida. Uno de esos libros es Devoraluces, en el que Ángel Olgoso se desnuda y nos ofrece su mejor versión. Y que conste que –como lector de su obra– en algún momento he echado en falta la precisión estilística de su literatura más negra, su «predisposición genética a la palabra justa», de la que habla en una reciente entrevista. En Devoraluces se deja arrastrar por el lenguaje, se desata verbalmente en su intento por reflejarlo todo, por incluir el más mínimo matiz, lo que a veces se traduce en un cierto barroquismo. Pero el resultado general es bello. Mágico, tantas veces.

Ángel Olgoso es uno de los más reconocidos cuentistas españoles. Autor de más de una docena de libros desde que en 1991 publicara Los días subterráneos, en su obra destacan títulos como Cuentos de otro mundo (1999), Los demonios del lugar (2007), Astrolabio (2007), La máquina de languidecer (2009), Las frutas de la luna (2013, Premio Andalucía de la Crítica de relato, 2014) o Breviario negro (2015). Ahora publica Devoraluces (Reino de Cordelia, 2021), con el que, anuncia, se despide del relato. Aunque no es esta la única novedad: con Devoraluces, fruto del trabajo narrativo de los últimos cinco años, pone fin a su literatura más sombría y se abre a un territorio más luminoso. Ángel Olgoso había sido hasta ahora un autor oscuro «que creía en la elegancia de habitar las sombras» e «interpretaba el mundo a través de una mirada inquietante y sombría», según confesaba el pasado 3 de octubre en la presentación de Devoraluces en la Feria del Libro de Granada. Una idea que abandona ahora argumentando que «la desesperación no es más hermosa ni más inteligente que la esperanza» y que toda biografía «tiene sus instantes luminosos». Y, así, escribe sobre la bondad, la gratitud, la solidaridad, la fuerza arrolladora de la pasión o los sueños. También de la literatura, que protagoniza algunos de sus cuentos (La Rosa de los Vientos, Villa Diodati, La arena de las historias, Nomenclatura Borghini para los dedos de los pies) o aprovecha cualquier resquicio para introducirse en ellos (Medio real).

El libro se inicia con un cuento ejemplar, especialmente luminoso: Las luciérnagas. Y no solo por la luz que emiten estos pequeños coleópteros al anochecer, sino por la recreación de aquel mundo salvaje y bucólico en el que se desarrollaban los juegos de los niños de la década de los sesenta, por la libertad con que se movían («…alcanzábamos dulzonas brevas pajareando por higueras que, como nosotros, no pertenecían a nadie»), unos recuerdos marcados por la luz de las luciérnagas, que ya no les abandonará nunca. Otros cuentos destacables son Fulgor, sobre un hombre cuya bonhomía arrastra en «cruzada clamorosa» a quienes desean conocerlo; Okitsu, cuyo protagonista es un fantasioso, encantador y mentiroso incorregible del que afloran las palabras «como un cortejo alborozado»; El calendario quimérico de lo que podría haber sido, sobre un dispositivo capaz de condensar la complejidad de todas nuestras posibles existencias; Medio real, en el que se descubre el manuscrito de El Quijote; La arena de las historias, en el que se reinterpretan Las mil y una noches; y Odres nuevos, sobre la supervivencia de un moribundo.

Curiosamente, las historias que guardan una mayor relación con la literatura, como es el caso de La Rosa de los Vientos y Villa Diodati, son las más desconcertantes para el lector, al carecer de una línea argumental. La primera porque, como toda odisea que se precie, Ulises viaja sin rumbo, al albur del destino, que le fija los encuentros con los más variados personajes de la historia de la literatura: el capitán Nemo, John el Largo, Ahab, Tom Sawyer, Madame Bovary, Lázaro de Tormes o Don Quijote; la segunda porque solo nos ofrece detalles de la estancia de Lord Byron, P. B. Shelley, M. Shelley y J. W. Polidori en Villa Diodati, aquel encuentro de 1816 que dio origen a las dos obras más conocidas del género del horror gótico: Frankenstein y El vampiro. Mención especial merece Émula de la llama, historia de una pasión sin reglas (solo las del amor) y sin argumento (solo el de vivir). Un amor apasionado, literariamente explícito, sin censores que lo marquen ni remilgos que lo detengan. Más que un cuento, es un diario de experiencias y sensaciones, un canto al amor gozoso e insaciable.

Y, finalmente, la coda: Nomenclatura Borghini para los dedos de los pies, una serie de consideraciones en torno al cuento en las que reivindica la página en blanco y se muestra deseoso de «escribir un libro de relatos compuesto únicamente por sus títulos», ya que, argumenta, «imaginar es más rico y más bello que contar».

Ángel Olgoso es un autor especialmente dotado para la fábula, creador de unas historias fascinantes, narradas en un lenguaje sensorial que acaba convirtiéndose en el verdadero protagonista. No vayan leyendo ávidamente, disfruten más bien de la forma de contar, porque, como se indica en La arena de las historias, las palabras son todopoderosas y, enlazadas unas con otras, se convierten en cuentos maravillosos.