He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

viernes, 24 de diciembre de 2021

"Cuando despertó, Monterroso todavía estaba allí"

Participo con tres textos en el libro CUANDO DESPERTÓ, MONTERROSO TODAVÍA ESTABA ALLÍ, que recién ha publicado la Editorial Digital EOS VILLA en su Colección Literatura de las Américas. Volumen que es un homenaje al centenario del nacimiento del gran escritor Augusto Monterroso. Microficcionistas hispanoamericanos especialmente invitados, engalanan este libro en reconocimiento a unos de los padres de la brevedad. 512 páginas y 97 autores hacen las delicias de este volumen que se puede disfrutar, con descarga libre y gratuita, en el siguiente enlace:










miércoles, 8 de diciembre de 2021

martes, 30 de noviembre de 2021

"Cuando la realidad supera a la ficción. 121 visiones sobre la pandemia del siglo XXI"

    Participo con mi texto El paso de la laguna Estigia en Cuando la realidad supera a la ficción. 121 visiones sobre la pandemia del siglo XXI, obra colectiva que recoge los microrrelatos escritos durante el confinamiento y editada por el Ayuntamiento de Molina de Segura.
    “Desde la Concejalía de Cultura se promovieron diversas actividades para paliar el desconcierto general ante una situación hasta entonces inimaginable. Una de ellas fue animar a los ciudadanos a escribir microrrelatos de un máximo de 200 palabras relacionados con la pandemia, que irían siendo subidos a las redes sociales.La respuesta superó todas las expectativas y, a lo largo de dos meses, más de ciento veinte personas aportaron sus textos. No sólo ciudadanos y ciudadanas de Molina de Segura, sino también autores y autoras de prestigio procedentes de todo el ámbito regional y nacional. Una obra de naturaleza colectiva que en el futuro nos recordará una de las situaciones más extrañas vividas por nuestra sociedad durante este siglo”.



EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA

Rehusó con firmeza las incesantes invitaciones a participar en un libro colectivo sobre la pandemia, obstinándose en la idea de que hay que devolver un reflejo estilizado y no crudo de la realidad, una especie de delicioso arrobo de emoción estética; de lo delicado de la operación de extraer el nenúfar del fango; de que la literatura, en fin, es un animal salvaje que no cría en cautividad. Al final, para no convertirse en un apestado, ejecutó a su conciencia y cedió: imaginó la historia de un Dios confinado, tembloroso y precariamente a salvo del letal organismo que había creado por error, el virus humano. Aunque acostumbrado al temor (al transmitir religión se transmite miedo) se mostraba aterrorizado ante el enigma de aquel irritante proceso y su deriva hacia el caos. En el refugio, Dios, esa gran ostra meditativa según Renan, administraba a duras penas una rutina de reclusión, y le preocupaba un combate -por toda la eternidad- con el porvenir de su especie. Desconcertantemente, el lector nunca podrá saber si hallará una vacuna que lo proteja de su propia criatura, porque ha llegado al límite de las doscientas palabras exigidas a este texto.

sábado, 27 de noviembre de 2021

"El proyecto" en el programa de radio "En su tinta".

 El texto de Ángel Olgoso El proyecto (perteneciente al libro de cien microrrelatos La máquina de languidecer) en el programa mexicano de radio En su tinta.




Reseña de "Ejemplares vivos a la luz de la luna"

 


    Ejemplares vivos a la luz de la luna, de Josefina Martos Peregrín, es literalmente un caleidoscopio. Una visión especular del otro lado de lo oscuro. Un libro híbrido, valiente, íntimo, mediúmnico, rememorativo. Una incursión en el misterio. “Una catarata como puerta mágica a otro mundo, un espejo que sólo permite el paso a quien conoce su secreto”. Con una ágil introspección, con una fluencia narrativa que hace porosos los múltiples textos que componen su última obra, Josefina sabe imbricar la historia personal con la historia universal y la mitología, las reflexiones con la información, la ciencia con la teosofía. Este dilatado caudal de historias de espejos, estas proyecciones de realidad expuestas con vehemencia formal son también la historia “del agua, la charca, el cuenco somero; la del mercurio, la obsidiana bruñida, la lámina de metal, el vidrio, la alquimia, la óptica”. Josefina nos entrega un libro imprescindible a todos los amantes de la luna (“claraboya abierta”), de las luces, de los reflejos, de las sombras, de las fotografías, de los dobles, de los fantasmas, de los tulpas tibetanos. A todos los que entran en trance “cuando estallan los perfumes de la fronda y el sexo, cuando juegan los cachorros, cantan los osos y los grillos cuentan estrellas”. A todos los degustadores de la verdadera creación literaria, artística o filosófica. Un brillante caleidoscopio, un azogue vivísimo y multidisciplinar publicado por la editorial Amarante y que se presentará el jueves 16 de diciembre, a las 19h., en el Aula 1 de la Biblioteca de Andalucía. Acompañará a la autora Jorge Fernández Bustos.

(Ángel Olgoso)

viernes, 12 de noviembre de 2021

Letrista de rock

El 24 de septiembre de 1984 escribí a toda velocidad cinco letras de canciones para Cocaína, grupo de rock de Cúllar Vega, el pueblo de Granada donde nací. Poco después se cantaron en un concierto al que no recuerdo por qué no pude asistir (me encontraba en los inicios de una errática vida laboral). Aquellos valientes amigos que integraban el grupo se llamaban (se llaman) Gonzalo, Carlos, Manolo y Gera, cantante del grupo que guardó durante décadas tan inocentes papeles. Aquí traigo, con rubor pero sin vergüenza, estos textos de juventud políticamente incorrectos e influenciados por el humor patafísico, el cine y la música popular.





BOOGIE BOOGIE CLUB

Hay un club en la ciudad donde puedes ser feliz,
hay un club salvaje donde puedes vivir
extrañas sensaciones.
No es una prisión, no es una ilusión.
¡Hey nena, tienes que rodar con las caderas
hacia el Boogie Boogie Club!
Hombres-perro y mujeres-lobo te recibirán.
“Bienvenidos al festín de los amigos”.
Te enseñarán cómo pasarlo bien
con un nuevo lenguaje. Mira cómo bailan
los mutantes en su nido brillante.
¡Hey nena, tienes que rodar con las caderas
hacia el Boogie Boogie Club!
Conocerás los rubíes de la noche
y la música magnética de los escorpiones.
Vamos, sí, aprieta tus muslos porque estás
llegando al reino de la seducción.
¡Hey nena, tienes que jugar a vida
o muerte en el Boogie Boogie Club!
¡Sí, a vida o muerte, yeah!




HERMANOS DE SANGRE

Mira, así es, somos hermanos
de sangre de la misma aguja…
Veo sacacuartos y pies planos,
vómitos eléctricos, algodones
neumáticos flotando en el
cuentagotas y borrachos
Escucha, quiero ser tu hipopótamo
meterme en tus venas, ya lo sabes.
Veo carne muerta y
brazos azules, autopistas
chicas desnudas,
garrotes de la bofia
No es nada grave, puedes creerlo,
intenta derribar el muro,
sácale brillo a tus zapatos, sí, sácale brillo.
Veo al “Soplos” y al “Vaselina”,
se merecen un chute duro. Tragaperras,
patios de sanatorio, imperdibles infectados,
colmillos de oro y chaquetas negras.
Mira, descuélgate hermano,
haz bailar tu pelo, ¿entiendes?…
Veo Filadelfia, veo Yokohama, periódicos podridos,
escenas porno, chulos de desperdicio,
parabrisas meados, órganos roídos,
patrullas de adictos contra la Brigada del Vicio.
Oye, no te lo tomes a pecho,
recuerda que somos hermanos
de sangre de la misma aguja…
Chico, quiero ser tu hipopótamo,
eso ya es un hecho.





CUERVOS BLINDADOS

Hey, mi coronel,
¿ha visto esos cuervos blindados
sobre el campo de batalla?
Límpiese las babas, sus cuervos blindados
se están pringando de sangre joven.
¡A sus órdenes, perros sarnosos!
¡A sus órdenes, soldaditos de plomo!
¡A sus órdenes, caras agrias!
Hey, mi coronel, han despachado
a mi amigo en el campo de batalla,
llevaba las manos atadas
a la espalda y en los ojos el polvo
agusanado de los cuarteles militares.
Mi coronel, sus cuervos blindados
son unos veteranos en estos lares.
Cuervos blindados, cuervos blindados.
Está metido en un buen lío, mi coronel,
apriete fuerte sus mandíbulas de cerdo
porque he puesto una bala de plata
en la punta de mis dedos.
Hey, coronel, no tema,
esto no es un linchamiento, no son torpedos,
es sólo la ley de la calle:
¡Bienvenido al campo de batalla, cuervo blindado,
bienvenido a la muerte, mi coronel!




JOE BÁSCULA

Esta es la historia de Joe Báscula,
el boxeador manco que perdió la mano
al acercarse a una gachí.
Ciento diez kilos. Un duro gancho de izquierda
conectando con la gloria.
Esta es su historia.
La vio sentada en el hotel Habana
jugándose el cuerpo con una baraja francesa.
Joe quería un fino romance,
un romance fino que lo arrancara de esa
suciedad del ring. No más peleas,
no más nariz goteando líquido rojo.
La chica paseó al boxeador solitario
de un sitio a otro. Mugrientos
suburbios y una boca de Metro.
Las sombras eran de carne y hueso.
Joe se sentía afortunado. Sería fiel
a su nena. Cuando puso la manaza
sobre su cuerpo de vainilla ocurrió todo.
No se puede creer, pero en una taza
llevaron la mano hasta la casa de empeño.
Por una gachí se ve un peso pesado dueño
del agujero de los perdedores.
Ciento diez kilos y un gancho mutilado
conectando con la gloria.
Joe sólo quería un fino romance. Ha sonado
ya la campana para su historia.
Ha sonado, ha sonado
para Joe el afortunado.




ADOPTAR UN PINGÜINO

Voy a adoptar un pingüino
Voy a adoptar un pingüino
En casa todos me amenazan
Y chillan que estoy loco
Me falta poco me falta poco.
Lo llamaré Roque
Y más que nada
Odiaremos a la gente
Pondremos hojas de afeitar
En la mermelada
Será elegante y canalla
Iremos al trabajo sin dar
Golpe llevando sólo
Un gorro de papel estraza
La cogeremos bien
Con tragos de zarzaparrilla
Mi pingüino y yo
Viviendo a cien
Yo y mi pingüino
Antes de escapar juntos
Por el ojo
De una alcantarilla.
Voy a adoptar un pingüino
Voy a adoptar un pingüino
En casa todos me amenazan
Y chillan que estoy loco
Me falta poco me falta poco.





lunes, 8 de noviembre de 2021

"El vuelo del pájaro elefante" en el programa de radio "En su tinta".

El texto de Ángel Olgoso El vuelo del pájaro elefante (perteneciente al libro de cien microrrelatos La máquina de languidecer) en el programa mexicano de radio "En su tinta".



sábado, 6 de noviembre de 2021

Reseña de "Devoraluces" en Cuadernos del Sur

El escritor Francisco Antonio Carrasco, jefe de Cultura del Diario Córdoba y coordina el suplemento cultural Cuadernos del Sur, publica en este último una magnífica reseña sobre Devoraluces.



"¿Alguien dijo que Olgoso era oscuro? ¿Quién se atrevió? Pues para demostrar que tal afirmación no es cierta ha escrito precisamente ´Devoraluces´, una colección de relatos en los que el amor, la bondad, la alegría, la esperanza o los sueños brotan gozosamente a través de un lenguaje plagado de belleza".

HÁGASE LA LUZ

Francisco A. Carrasco

Hay libros en los que su autor desarrolla una idea, defiende una teoría o nos cuenta una historia. Para ejemplarizar, para conmover, para liberarse... O sencillamente para divertirse. Y hay otros en los que se exprime, soltando lo mejor de sí mismo: el amor a la literatura, la pasión por contar, el dominio de la fabulación y la lengua...; descubriendo incluso los entresijos de su propia vida. Uno de esos libros es Devoraluces, en el que Ángel Olgoso se desnuda y nos ofrece su mejor versión. Y que conste que –como lector de su obra– en algún momento he echado en falta la precisión estilística de su literatura más negra, su «predisposición genética a la palabra justa», de la que habla en una reciente entrevista. En Devoraluces se deja arrastrar por el lenguaje, se desata verbalmente en su intento por reflejarlo todo, por incluir el más mínimo matiz, lo que a veces se traduce en un cierto barroquismo. Pero el resultado general es bello. Mágico, tantas veces.

Ángel Olgoso es uno de los más reconocidos cuentistas españoles. Autor de más de una docena de libros desde que en 1991 publicara Los días subterráneos, en su obra destacan títulos como Cuentos de otro mundo (1999), Los demonios del lugar (2007), Astrolabio (2007), La máquina de languidecer (2009), Las frutas de la luna (2013, Premio Andalucía de la Crítica de relato, 2014) o Breviario negro (2015). Ahora publica Devoraluces (Reino de Cordelia, 2021), con el que, anuncia, se despide del relato. Aunque no es esta la única novedad: con Devoraluces, fruto del trabajo narrativo de los últimos cinco años, pone fin a su literatura más sombría y se abre a un territorio más luminoso. Ángel Olgoso había sido hasta ahora un autor oscuro «que creía en la elegancia de habitar las sombras» e «interpretaba el mundo a través de una mirada inquietante y sombría», según confesaba el pasado 3 de octubre en la presentación de Devoraluces en la Feria del Libro de Granada. Una idea que abandona ahora argumentando que «la desesperación no es más hermosa ni más inteligente que la esperanza» y que toda biografía «tiene sus instantes luminosos». Y, así, escribe sobre la bondad, la gratitud, la solidaridad, la fuerza arrolladora de la pasión o los sueños. También de la literatura, que protagoniza algunos de sus cuentos (La Rosa de los Vientos, Villa Diodati, La arena de las historias, Nomenclatura Borghini para los dedos de los pies) o aprovecha cualquier resquicio para introducirse en ellos (Medio real).

El libro se inicia con un cuento ejemplar, especialmente luminoso: Las luciérnagas. Y no solo por la luz que emiten estos pequeños coleópteros al anochecer, sino por la recreación de aquel mundo salvaje y bucólico en el que se desarrollaban los juegos de los niños de la década de los sesenta, por la libertad con que se movían («…alcanzábamos dulzonas brevas pajareando por higueras que, como nosotros, no pertenecían a nadie»), unos recuerdos marcados por la luz de las luciérnagas, que ya no les abandonará nunca. Otros cuentos destacables son Fulgor, sobre un hombre cuya bonhomía arrastra en «cruzada clamorosa» a quienes desean conocerlo; Okitsu, cuyo protagonista es un fantasioso, encantador y mentiroso incorregible del que afloran las palabras «como un cortejo alborozado»; El calendario quimérico de lo que podría haber sido, sobre un dispositivo capaz de condensar la complejidad de todas nuestras posibles existencias; Medio real, en el que se descubre el manuscrito de El Quijote; La arena de las historias, en el que se reinterpretan Las mil y una noches; y Odres nuevos, sobre la supervivencia de un moribundo.

Curiosamente, las historias que guardan una mayor relación con la literatura, como es el caso de La Rosa de los Vientos y Villa Diodati, son las más desconcertantes para el lector, al carecer de una línea argumental. La primera porque, como toda odisea que se precie, Ulises viaja sin rumbo, al albur del destino, que le fija los encuentros con los más variados personajes de la historia de la literatura: el capitán Nemo, John el Largo, Ahab, Tom Sawyer, Madame Bovary, Lázaro de Tormes o Don Quijote; la segunda porque solo nos ofrece detalles de la estancia de Lord Byron, P. B. Shelley, M. Shelley y J. W. Polidori en Villa Diodati, aquel encuentro de 1816 que dio origen a las dos obras más conocidas del género del horror gótico: Frankenstein y El vampiro. Mención especial merece Émula de la llama, historia de una pasión sin reglas (solo las del amor) y sin argumento (solo el de vivir). Un amor apasionado, literariamente explícito, sin censores que lo marquen ni remilgos que lo detengan. Más que un cuento, es un diario de experiencias y sensaciones, un canto al amor gozoso e insaciable.

Y, finalmente, la coda: Nomenclatura Borghini para los dedos de los pies, una serie de consideraciones en torno al cuento en las que reivindica la página en blanco y se muestra deseoso de «escribir un libro de relatos compuesto únicamente por sus títulos», ya que, argumenta, «imaginar es más rico y más bello que contar».

Ángel Olgoso es un autor especialmente dotado para la fábula, creador de unas historias fascinantes, narradas en un lenguaje sensorial que acaba convirtiéndose en el verdadero protagonista. No vayan leyendo ávidamente, disfruten más bien de la forma de contar, porque, como se indica en La arena de las historias, las palabras son todopoderosas y, enlazadas unas con otras, se convierten en cuentos maravillosos.


miércoles, 27 de octubre de 2021

Audio de "Suicida" en Ivoox

Gracias a Raúl Luna por grabar el audio del microrrelato Suicida (perteneciente a La máquina de languidecer, Ed. Páginas de Espuma) para su blog "Las lecturas del abu" y su difusión a través de Ivoox y Spotify.


Escuchar audio




viernes, 22 de octubre de 2021

Reseña de "Devoraluces" por Ramón López Pazos

El escritor madrileño y amigo Ramón López Pazos compone una hermosa taracea en la que ha tallado sus certeras impresiones sobre Devoraluces, sintetizando maravillosamente cada uno de los relatos que lo componen. Muy agradecidos por esta deliciosa destilación literaria.

Ángel Olgoso y Ramón López Pazos

“Hoy quiero reseñar una lectura de obligado cumplimiento para los amantes de la literatura. Se trata de Devoraluces, último libro publicado del extraordinario escritor y amigo Ángel Olgoso.

Sin duda, los lectores de Ángel asistimos a un cambio de registro en la nueva obra. Una epifanía narrativa que, sin conocer los detalles, cabría pensar que es producto de su renovado estado de ánimo.

Dejando las disquisiciones del alma aparte, Devoraluces presenta un resultado soberbio (es lo acostumbrado); aunque, en muchos relatos, sorprendente.

Las luciérnagas, es una evocación emocionante, una pavesa de nostalgia que despide el fuego del olvido. En Hajdú, nos topamos con la perversión de los sueños inalcanzables, o no. Fulgor nos muestra la bonhomía de un hombre convertido en pajarillo alegre que invita a la felicidad. En La rosa de los vientos, recorremos junto a Ulises, un fantástico periplo por las vidas de otros personajes literarios. Hacia una Ítaca imposible de encontrar. Pelikan colorea el exterminio de color azul, la remota esperanza de los condenados que lucen en sus brazos los números del holocausto. Villa Diodati es la fascinante cadencia de un cónclave de celebridades literarias reunidas para forjar monstruos. "Ojos brillantes encendidos por la hoguera interior de la creación". La ilusión del horizonte es un carrusel de instantes ilusorios hasta llegar a un matadero de aves. La esperanza de ser águila sobre tendidos eléctricos. Okitsu es el tributo a un padre. El digno carretero contador de historias al que le tiemblan los labios de alegría. En La arena de las historias, presentas las mil y una noches del amor verdadero. Un sultán benévolo y enamorado. El calendario quimérico de lo que podía haber sido, un cuento para reflexionar. El néfesch, ese ingenio mecánico universal, un artefacto que muestra las historias que la realidad trunca. Nos hace pensar en las múltiples posibilidades que baraja la existencia. Quimeras que transformarían el mundo, convirtiéndolo en un poliedro de infinitas facetas, un piélago de circunstancias guardadas en el archivo de los hechos no acontecidos. En Medio real, hay un guiño a lo cervantino. Un personaje que, extrapolado a la actualidad, nos recuerda el desprecio que han de soportar ciertos manuscritos que no son considerados en lo que valen.

Yendo más allá del grueso de la obra, aparece un bloque de relatos apologéticos que conmemoran la figura de Marina. Émula de la llama es, como él mismo escribe, el particular renacimiento que opera de la mano de su musa. Erotismo, pasión, amor... toda una declaración pública de intenciones narradas desde la sístole y la diástole de tu corazón agradecido. Un ejercicio introspectivo que rasga las veladuras del pudor y excita los sentidos.

En Odres nuevos, nos dibuja otros asombros de la guerra. El moribundo hijo de Társila aupado a los pechos turgentes y prodigiosos de Águeda. Tetas salvíficas dadoras de aliento, de leche confortadora en las postrimerías de la vida. Y, por último, Coda. Un haz de textos que refutan la conveniencia de desarrollar una narración o, por el contrario, considerar que los títulos comunican lo suficiente para que el lector construya la trabazón del relato. La defensa del título como valor de una obra increada. Como bien resalta, el escritor está limitado a su experiencia. Sin embargo, al lector le impulsa el azar.

En resumen, Devoraluces ilumina nuevos horizontes narrativos. Por supuesto, el estilo es reconocible. Pero, como antes apunté, no deja de sorprendernos en algunos pasajes del libro. Una obra para degustar despacio, para masticar a ritmo de balada, para fabular a lomos de su lírica; ora al paso, ora al trote reunido, ora a galope tendido.

En Devoraluces, la literatura de Ángel Olgoso declina de lo turbador a lo bello, parece maravillarse de las bondades del mundo. Es innegable el giro que acusan las ficciones, y, en todo caso, ya sea en la penumbra del horror cotidiano; ya sea en la celebración de la belleza, sus palabras exactas siempre nos regalan el placer de las buenas lecturas. Esas que gustamos de releer al final de una anodina tarde de trabajo, para encontrar la merecida recompensa a la ingratitud de la rutina”.



Ramón López Pazos es un escritor vocacional, su disposición a la escritura vierte su creatividad en diferentes campos literarios.

Como narrador, es autor del libro de relatos Alejado del tiempo, y de la novela El centinela impaciente, ambas obras publicadas en la Editorial Nazarí. Formó parte del libro colectivo Nocturnario.

Ganó el premio de relato Frida Kahlo (Rivas Vaciamadrid, 2016).

Algunos de sus textos teatrales se han representado en diversas salas de Madrid.

jueves, 7 de octubre de 2021

"La bañera" en el programa de radio "En su tinta"

Podcast de ‘La bañera’ (perteneciente al libro de cien microrrelatos ‘La máquina de languidecer’) en el programa mexicano de radio "En su tinta", que se propone ‘contribuir a la construcción de puentes entre los escritores y la sociedad, además de promover a los autores jóvenes y sembrar vocaciones literarias’.

En su tinta




miércoles, 6 de octubre de 2021

Audio de "Las luciérnagas", por José Luis Gärtner

Nuestro agradecimiento al querido amigo, excelente escritor y Sátrapa de nacimiento José Luis Gärtner por el audio con que deleitó al público asistente -el domingo 3 de octubre- a la presentación de Devoraluces en la Feria del Libro de Granada. Las luciérnagas es el relato que abre el libro. La meticulosa laboriosidad de Gärt para con esta poética evocación de los veranos de la infancia es invisible, como él quería, pero el resultado impresiona y emociona. Aquí el enlace:

LAS LUCIÉRNAGAS





domingo, 3 de octubre de 2021

Texto de la presentación de "Devoraluces"

 

Gerardo Rodríguez-Salas, Ángel Olgoso y José Luis Gärtner

 en el Espacio Central de la Feria del Libro de Granada



PRESENTACIÓN  DE  DEVORALUCES

Ángel Olgoso


Confieso que mi gusto por el Romanticismo negro embridó durante años mi gusto por la vida, que fui seducido con placer por el prestigio del abismo, por lo que Poe denominaba “el demonio de la perversidad”, reconozco que creía en la elegancia de habitar las sombras. Por eso, en general, en mis libros anteriores interpretaba el mundo a través de una mirada inquietante y sombría, potenciada por la imaginación y el estilismo, y prefería la extrañeza, la intensidad, la sorpresa, las quimeras, lo que Valéry llamaba "todos los valores de choque". Es cierto que se dice que la felicidad no es literaria. Es cierto que los momentos espléndidos de cualquier existencia son raros como luciérnagas, que las ocasiones de amargura y odio son mayores que las del goce y la serenidad, que las miserias y pequeñeces parecen oscurecer la aventura humana, una aventura que sin duda debería desplegarse en formas infinitamente más ricas y exultantes. Es cierto que Valente aconsejó no separar la sombra de la luz que ella ha engendrado. Es cierto que el dolor tiene un prestigio inmerecido y que la oscuridad es parte de la vida. Pero también es cierto que la desesperación no es más hermosa ni más inteligente que la esperanza, y que toda biografía -por muy terrible que sea si se mira con detalle- tiene sus instantes luminosos; que al igual que el sol se abre paso tras la tiniebla nocturna, es preciso atravesar la oscuridad para llegar a la luz y devorarla (como sugiere el título de este libro) y celebrar su condición efímera y sus múltiples dulzuras, como intentan celebrar cada uno de los relatos de Devoraluces la bondad, la gratitud, la dicha, la fuerza arrasadora de la pasión -ya sea amorosa o creativa-, los sueños, la solidaridad, la imaginación sin límites, el consuelo que procura el arte, la ardorosa afirmación de sentirse vivo frente a la amenaza del paso del tiempo o de la muerte. La literatura, según Cunqueiro, nace de la necesidad de luz, verdad y libertad, de la necesidad de evasión llamada "icarismo", que se enfrenta al laberinto de desdichas de la condición humana. Vivir la alegría del presente es, probablemente, una forma de sentirnos inmortales. Además, aunque la vida sea casi siempre hostil y siempre provisional, ningún hombre -tal y como sensatamente formula un proverbio chino- puede impedir que el pájaro oscuro de la tristeza vuele sobre su cabeza, pero lo que sí puede impedir es que anide en su cabellera.

Si con Breviario negro (escrito a resultas del Gran Saqueo de 2008) puse un crespón a mi narrativa, si escribí durante décadas en la estela nocturna de los alucinados Poe, Hoffmann, Bécquer, Andreiev, Quiroga o Kafka, si con aquellos relatos y con cientos de textos anteriores hacía resonar en los oídos del lector el cóncavo son de la tierra amazacotada sobre la tumba, en Devoraluces (escrito tras conocer a Marina) remite el pesimismo, hay una reconciliación con el aquí y el ahora, con las mil y un facetas que cada día ofrece la realidad; se comunica la sencillez y gentileza de todo lo vivo, la poderosa y delicada finura que irradia todo lo que simplemente es, todo lo que tiende a la luz; se insufla un ánimo benigno y positivo; se siente el rompeolas de la vida de los otros; se contempla a los demás seres con ternura, como unos niños ejerciendo su libertad alrededor de una fuente. Devoraluces es, como digo, una toma de partido por la alegría en el arte y la vida, por un suave estado de exaltación. Como cuando el mundo parece inédito de nuevo, cuando te guían impulsos positivos, cuando de pronto suceden inesperadamente lo que Vila-Matas llama “pequeñas fiestas sigilosas del espíritu”.

La escuela Shingon y el fundador de ese templo, el monje erudito Myoe que vivió entre los siglos XII y XIII, enseña que somos seres iluminados aunque no lo sepamos. Basta con observar suficiente tiempo el misterio del orbe para que uno se deslumbre. Devoraluces es -en este sentido- una iluminación creativa, profana; un diálogo con la esporádica alegría vital; un libro abierto a los sentidos y que ha reconciliado al autor con la capacidad de maravillarse, de cantar la belleza que otorga la existencia, de extraer lo que tiene de fantástico; con los bienes más elementales de la materia en la que nos consumimos; un ungüento para su alma y ojalá también para la del lector. Traer una medida de luz a un área que estaba oscura cambia obviamente la forma en que vemos el mundo. Para llegar a la celebración de éste, se parte incluso del miedo o de la melancolía en algunos relatos de Devoraluces. Para potenciar por contraste el lado luminoso, permanece cierta oscuridad velada, quizá como resabio lógico, como fuerza centrífuga de mis anteriores libros. Etty Hillesum (asesinada en Auschwitz en 1943) escribió en su diario: "Quiero estar en medio de todo aquello que la gente llama 'atrocidades' y aún así decir luego: la vida es hermosa. Quisiera ser un bálsamo derramado sobre tantas heridas". Pero todos sabemos que la vida en bruto no basta y que solo adquiere algún sentido cuando es pasada por el tamiz del arte y la reflexión.

El título de Devoraluces es una sola palabra, una palabra que no existía hasta que la puse en la portada, y no se trata en modo alguno de un gesto gratuito sino propio de a quien le preocupa la estética y la calidad estilística tanto o más que el tema, aunque ello reclame al lector un ejercicio de atención, le oponga un cierto grado de resistencia. Cualquier escritura esencializada, cualquier declaración de amor por el lenguaje, requieren un estado propicio de calma para su lectura. En todos los relatos de Devoraluces imprimí un tratamiento poético a la materia narrativa, dotándola de una sensorialidad que espero haya resultado sugerente. Llegando incluso -en el texto Émula de la llama- a un desnudo integral con el que intenté contar la verdadera e indecible embriaguez del amor, del milagro de un amor verdadero, con su sincronización absoluta en todos los campos de la existencia, un amor huracanado como lo llamaría Manuel Vilas. Llegando también, en el texto titulado Nomenclatura Borghini para los dedos de los pies, a poner un broche último, vitalicio, a una producción ficcional de cuarenta años. Lo bello es un anhelo, un estado, no una meta alcanzada, sino un misterio huidizo y profundo. Los relatos de Devoraluces caminan morosamente en pos de esa belleza, encarnada no en el muslo de una Dánae pintada por Tiziano sino en una intensificación de las sensaciones, en la magia de la infancia representada por las luciérnagas, en el sortilegio de la esperanza, de los sueños, de la solidaridad, de los arrebatados viajes por los libros, de la inocencia, de los afectos, del color como salvación y del erotismo como delirio.

Como dije antes, Devoraluces nació -o al menos se potenció- tras mi encuentro con Marina Tapia, un bien inesperado. Escribí casi todos los relatos “tendido a toda luz” bajo el influjo de ese tornado personal, de esa dulcísima y enriquecedora colisión en cuyas órbitas increíblemente sincrónicas aún estamos (y seguiremos por siempre) orbitando. Para Blanchot, la literatura era una forma de la muerte, mientras que para Thoreau era parte del impulso de la vida. Puede que ambos tengan razón pero, aunque todos vivamos realmente en la plenitud de la nada, la opinión más certera me parece la de Carlos Marzal: "Cuando se deja atrás la 'inmortal' juventud y el lujo del catastrofismo y la negatividad, uno se da cuenta de lo frágil y fugaz que es todo y tiende a desarrollar como defensa el vitalismo".

Creo que con Devoraluces no sólo asumí esa defensa lógica que impone el paso del tiempo, pienso que con Devoraluces no sólo brotó una especie de Cantar de los Cantares bajo el benéfico y risueño auspicio de Marina, sino que quise escribir un libro que diera gusto leer e hiciera soñar, que buscara los momentos de felicidad entre los pliegues tenebrosos de los días y entre los amenazadores desfiladeros del mundo. Un libro que fuera una grata ola de palabras fluyendo sobre el lector como el sol sobre un campo. Ya sabemos que las palabras nos salvan; que, sin el lenguaje, el amor no existe; que la literatura es la experiencia de ver la naturaleza, el cosmos, la materia misma, como un milagro.

Hago votos para que este libro ponga siquiera una gota de luz, una filigrana de luz, una voluta de luz en la vida de alguno de sus lectores. Y para que les recuerde que cada acto de la vida puede ser un acontecimiento extraordinario. Como escribió Cioran en sus Cuadernos: "Un alma cantarina... Pese a lo ridículo de la expresión, ¿hay algo más bello, más elevado?".

sábado, 25 de septiembre de 2021

domingo, 29 de agosto de 2021

"La máquina de languidecer" por Lilian Haydée Cheruse

Tras las exhaustivas reseñas de otros libros de Ángel Olgoso (Las frutas de la luna, Los demonios del lugar, Breviario negro y Astrolabio), la escritora argentina Lilian H. Cheruse aplica su enriquecedora mirada a los cien microrrelatos de La máquina de languidecer, convirtiendo este acercamiento en un detallado caleidoscopio lleno de matices e impresiones lectoras.
Acompañan esta entrada algunas obras de Jan Fabre, artista belga multidisciplinar, dramaturgo, director de escena, coreógrafo y diseñador.



LA MÁQUINA DE LANGUIDECER 
POR LILIAN HAYDÉE CHERUSE


El título y las citas iniciales son guía del paseo temático abordado por Ángel Olgoso que, con originalidad y extrañeza, convierte los relatos en genuinos exponentes de su pericia prosística. La máquina de languidecer es sinónimo del ser humano al que el escritor desmembra y rearma una y otra vez. Cuerpo y psiquis componen un robot biológico que camina hacia la muerte atravesado por el tiempo y por el dolor. El autor desnuda nuestras debilidades incluyendo con fiereza esa desagradable apariencia psicofísica que nos pasa inadvertida sólo porque somos idénticos espejos unos de otros. El relato Los ojos es un ejemplo de esta afirmación. En éste descubre al otro ser humano que somos: una máquina-monstruo, la que resignificamos como adorable. En Empirismo, el parpadeo de “los ojos” cambia nuestra visión. Esos instantes rítmicos transforman la escena porque según sus palabras el “ mundo es plegadizo”. Al levantar los párpados aparecen el “orden”, la “textura”, el “volumen”, el “nombre”, al bajarlos, todo se disfuma, creando una especie de teoría filosófica. Ese titilar permite ver el cuerpo de modo casi pavoroso.




Los textos abordan diferentes tópicos pero en su estructura narrativa también repiten ese movimiento abre-cierra-transforma. Es un esquema que desarticula la percepción, revierte o invierte el concepto de lo mítico, religioso, histórico o literario como una especie de revelación o al menos una revisión de la existencia. Hay que ver para creer y no todo lo que se ve es. Bellísimas formas líricas ornamentan la simpleza o la complejidad conceptual. La prosa de Angel Olgoso enaltece sus teorías, algunos textos encandilan por ese estilo casi abrupto conque finalizan. Son inesperados, sorprendentes, movilizadores del dolor, del pánico o reflexivos como el caso de Las horas perdidas; Naufragio; Ulises; La larga digestión del dragón de Komodo; Samsara; Danza de espadas; En una exposición; La melancolía de los gigantes. Otros elevan el espíritu ante la perfección y belleza formal, aún a sabiendas del contenido. Me refiero entre otros a El proyecto, La pesca; El golpe maestro del leñador mágico; Un día de campo; La Atlántida, La caja de los truenos; El narval. La enumeración puede seguir pero hay otros parámetros para analizar en ese contexto y que bien se cruzan o alternan con los tópicos mencionados. Por ejemplo Irremediable desarrolla una visión psicosomática donde la descripción va despojando las diferentes “capas” que componen nuestro cuerpo y que constituyen las partes de la anatomía humana. Desviste al hombre, primero le quita la epidermis y sigue así sucesivamente arrebatándolo de afuera hacia el interior hasta reducirlo magistralmente a la nada como si fuera una ilusión óptica anclada en la obsesión de la culpa. En Los ojos repite este esquema pero desde la ruptura de la belleza y por qué no del amor? Esa disección se repite en De coleópteros y firmamentos, Hispania I. En Mi sombra, el personaje se fagocita. Su creatividad vuelve imperdible esas descripciones que desmembran al hombre.





El tiempo ronda en las páginas como un círculo, una hilera de sucesos o el final de la vida, la crítica social, en otros. Todos inmersos en la materia, la existencia y el adolecer de esa máquina finita, esa máquina reveladora que corroe conceptualmente todo el trayecto de esta obra. A veces, mutan diferentes versiones del mundo, en otros conviven, es el espacio que define dónde y cómo. Mi mirada desde “La Máquina…” nace del frutado mordisco sensorial para que la emoción sea conductora de este análisis. Me explayo en aquellos que han enaltecido la belleza de la palabra. Destaco desde esa arista y convocado por el mito a La Atlántida, un breve texto que invita al disfrute. Ese fantástico escenario fluye desde el ordenamiento perfecto de las oraciones que in crescendo nos envuelven en ese clima de ciudad deseada, perdida, soñada... Los sintagmas reproducen la misma "policromía" que Angel promueve con el propio uso del mismo vocablo introducido en el relato. Pintamos en el aire por la asociación con el color que emiten los términos ribeteados de leyenda, de detalles arquitectónicos antiguos o por la mención de metales nobles o de pedrería preciosa. Esa suma de recursos estilísticos nos transporta a una "visión de tiempo y misterio", de riqueza perdida. La mención del término “lame” genera un movimiento del mar y entonces lo vemos acariciando, ondeando entre las construcciones. Dice “…lame el musgo" y el texto excita la imaginación. Un único vocablo provoca esa catarata lúdica, el baño de los objetos con el roce del agua. A medida que transcurren las descripciones queda en el aire la resonancia de lo irrepetible y perdido, de la riqueza y exaltación que emiten los sintagmas como “color ámbar”, “labrada en jade”, “pan de oro”, “alabastros”, “palacio...” hasta que el texto cierra el descubrimiento de esta diadema fabulosa con un anatema: el arqueólogo no podrá revelarlo jamás. Sigue el mito en Ulises con una inversión de la historia de Troya. Perspectiva: el peligro de morir se cierne desde el nacimiento como una “espada de Damocles”. Junto al mito acompañan el tiempo y dolor la Danza de espadas donde juega con las cartas y el propio destino. El tiempo se vuelve eje en Las horas perdidas: una suma de leyendas con valoración temporal.




También el mito en La caja de los truenos. Una especie de caja de Pandora pero exquisitamente enjoyada con una “traba turquí” como expresa el autor. Una metáfora envuelta en un regalo atrapante. Una envase con una traba, un cierre que le dará esplendor a la historia que pende de las manos de un pequeño huérfano. La palabra fluye y atrapa la curiosidad. El inocente abrirá esa tapa y develará el misterio? Si eso sucede, seguramente se "desatará" la línea de los años y el caos se producirá en el mundo. La prosa poética narra como leyenda y juega con la actitud de un infante dispuesto a mirar dentro de esa " cajita de madera", esa pausa de supuesto atrevimiento es la que inmoviliza el devenir. Allí dentro está el secreto del tiempo...todos queremos abrirla y cerrarla al unísono y el niño está a punto de cumplir nuestro deseo, aunque Olgoso nos prevenga...

Refiriéndonos también a las leyendas nos detenemos en El lobo viejo de las desgracias: una sátira sobre historias de fantasmas pero que en definitiva revela el avieso comportamiento de las inmobiliarias. Es decir que también adolecemos por estar atrapados en el sistema.




La literatura y el escritor presentes en Los Rivales: son Cervantes y Shakespeare en un duelo permanente sobre la paternidad de la genialidad literaria o La pesca: bellísimas imágenes dando forma a un texto-metáfora del fenómeno creativo.

En 237 fragmentos de metralla una enceguecedora escena de guerra y un homenaje a Hemingway. El otro Borges hace honor al humor y picardía del gran escritor invirtiendo su realidad física. El último lector es un abordaje testimonial del poder del estado que busca la sumisión del lector, del pueblo en la ignorancia.

Buenos propósitos: La lucha del escritor con sus lectores. La condena con Kafka protagonista y el eje puesto en “la ley”, tema de la obra kafkiana que atrapa al propio escritor-personaje. El purgatorio: una humorada negra sobre el escritor. Crimen Perfecto: donde otra vez el escritor es blanco del lector.

Las religiones toman su puesto en: El proyecto, una simbólica creación del mundo bíblico pero con un final diferente; aquí la versión del hombre deberá reprogramarse. Sus enumeraciones realizan un “desplegado” de elementos disociados pero concatenados unos con otros. La diversidad conforma el planeta en una sinfonía de palabras poéticas. Ultima cena ofrece una mirada reveladora, una inversión del evangelio de este singular pasaje de la fe. Il giardino segreto: la otra cara, el reverso de la supuesta vida mística de un claustro de monjas de clausura. El horror y la perversidad se repetirán en otros textos, como en El juicio o Escenas de burdel.




El tiempo y la religión presentes en Samsara: el perpetuo vórtice de la reencarnación acecha. La prosa es un mecanismo en movimiento que troca los escenarios y acusa los dolorosos estados del hombre que fue ñu y muta de forma una y otra vez sin escapar de ese destino de prisionero. Todo sucede como si fuera un cambio de la vestimenta detrás del escenario de un teatro. El texto interroga: ¿qué culpa, que karma lo persigue? Despierta similar desasosiego y angustia que aquel relato de "...Sísifo" donde el desdichado perseguido, gira alrededor de la torre sin detenerse para evitar al asesino. El ñu en "perpetuo vórtice" nos sorprenderá cuando nos observe desde la piel de un cocodrilo. En qué hombre retornará a la vida? Esos ojos vivaces y acorralados quedarán grabados en nuestra imaginación…
El tiempo cíclico se hace presente en El golpe maestro del leñador mágico: un hermoso escenario sobre el fin de la civilización, de ese anunciado apocalipsis. La palabra encarna un mágico panel de imágenes y enumeraciones en tropel pero que, ordenadas, suman las instancias, los objetos, la naturaleza, la historia vivencial y la civilización hasta que nada queda y desaparece como una mortaja planetaria. El uso de sinestesias dispara el “desorden aluvial” con sustantivos: “…huracanes”, sintagmas “… cuartetos para violonchelos de Bach…frases poéticas: “…cuerpos desnudos tan blancos como nevada en un lecho…”, comparaciones: “…todo resplandece como hilillos de savia extraída de un millón de hojas tiernas que corrieron a perderse”, . En este texto, al igual que en el Proyecto, el planeta reiniciará su ciclo. En el primero será de la mano de un niño que modela el mundo en arcilla, aquí, en El golpe maestro del leñador mágico, a partir del último hombre viejo. Todo vuelve a comenzar, dice textualmente: “…cráneo vacío y roto del último hombre comenzaron a brotar grandes hierbas”. Las enumeraciones exaltan el poder artesanal del escritor.




Las debilidades humanas están presentes en La larga digestión del dragón de Komodo: una conmovedora historia donde con una mirada hacia atrás el hombre recuerda al niño que fue y siente los golpes de un padre insensible “…como un chasquido que se escucha cada vez que un padre se quita el cinturón…”; El misántropo; Pueblo chico, infierno grande. También acompañados de personificaciones: Modestos aquelarres, La melancolía de los gigantes, Naufragio, Los trabajos del carnicero. Respecto a las creencias cito En una exposición, Hispania I, De coleópteros y firmamentos o El emisario.




Sobre el amor apunto Un día de campo con el tiempo como eje. Una extraña contraposición entre la dinámica amorosa y un ejército en posición estática, en un escenario inmóvil. Tesoros con el tiempo perdido. El narval al sentimiento amoroso y la indiferencia narrada en una atmósfera fantástica que se extiende por todo el relato como un “alud de agua marina”. La aparición del unicornio agrega otra metáfora más: su cuerno es una daga que traspasa el corazón. Persistencia: el amor perpetuo, belleza y terror contrapuestos. Mensaje secreto: El instante de la muerte y un amor narrado con el más puro de los lenguajes. Lamelibranquios: un escenario marino, una pantalla traslúcida y líquida donde no faltan “anémonas, coral, blenios, anguilas, erizos, bosques de quelpos”. El narrador llega al fondo del limo y encuentra un campo extraño de moluscos bivalvos y se abre en ese espacio una delicado descripción de la formación del órgano femenino. Un homenaje a su esencia. No hay torpeza, sí, una delicada y descriptiva interpretación de esa genitalidad y su descripción anatómica como esencia del erotismo, del sexo y del amor.

En "La Máquina..." hay textos atravesados por el tránsito inexorable y salpicados por otros tópicos que suman al andar sufrientes como Vidas privadas, Reconciliación o El sudor de las estatuas. Relatos que expresan aspectos como la timidez. La vergüenza es tan fuerte que sobrevive como una jugarreta perversa. En Vidas privadas la historia del mundo desde la hostilidad y la muerte, en Reconciliación el amor hace que una piedra viva. Puntualidad: un brevísimo texto y una descripción con resonancias misteriosas. Es el pulso muerto de la ciudad bajo el pantano, dice Olgoso "...helado como una pena.." En algunos textos puede que el cuerpo sufra mutilaciones. En Quauhxicalli las descripciones generan horror y pavor.




El destino y el tiempo van de la mano en La travesía o en el relato imaginativo de El colibrí del instante donde el padre puede sentir que un "parpadeo" salvó a su hijo. Destino es sinónimo de responsabilidad y dolor. Esa manifestación de pesar puede presentarse desde las realidades espaciales del sueño, del cuento o de la vida.

La derrota: el destino puede tomar la forma de una persecución constante que no da tregua a la felicidad ni aún en los cuentos y leyendas. En Contrapeso la narración va del sueño a la realidad. Los dientes del tiempo: la historia pasa de la realidad al sueño. Al igual que en Contrapeso el clima es de una presión insoportable y la carga emocional agobia. El libro es un drama teatral con tantas escenas como textos lo componen. Este desguace psíquico, sentimental y físico constituyen las partes del ser humano que no puede escapar de su designio. En Teatro de la eternidad hay un anfiteatro del más allá. Una irónica versión del Paraíso donde los muertos se agrupan según la religión profesada. La humorada remata con un final satírico.




Desde el Teatro de la eternidad hasta Los peligros de la ambición punza el dolor existencial y la ironía aumenta ese sufrimiento. Ángel apuesta a su batería de conocimientos y entonces el hombre revive aquellos dioses y/o semidioses. Un mélange mitológico pertenece a este mundo de seres-mito donde la ironía a través de la gramática juega al final con un guiño entre narrador y lector. El juego gramatical reaparece en Conjugación: seis verbos para la terrible historia del hombre y la hostilidad. En Hábitat: los verbos replican su acción como si fueran golpes en los eslabones de la cadena hereditaria. En este caso, con el patrón de la violencia.

El terror puede que se geste desde la inocencia contrapuesta a la figura del asesino (sea o no una personificación), caso El demonio de Bengala donde el tigre mira al niño para arrastrarlo con sus garras. Puede que genere horror contra belleza como sucede en Diadema en tu cabello.




La bañera: ¿Muerte o fascinante desaparición en este extraño texto? La muerte se agazapa en el baño de inmersión. Es una escena casi onírica que arranca en el último acto de una vida. Algo "toma" al hombre mientras goza del masaje del agua, del placer de reposo, el relax de la posición horizontal y el volumen líquido que sube hasta sus hombros. La narración recrea una variedad de sensaciones que percibe el cuerpo laxo. La descripción del baño es cinematográfica, táctil, teatral. Vemos, sentimos y tocamos. La escena nos invita a entrar en él, “...la grávida sensación de deriva en el agua jabonosa…que poco a poco tu piel se va acomodando a la blancura de la bañera, a sus curvas, a sus bordes…”. Luego, la palabra se desplazará sobre esa mujer que, desnuda, avanzará sobre su cuerpo e inesperadamente se precipitará el final, estará ella y no él.

El gigante, da forma a un mito olgosiano con la noche en la superficie de la Sierra Nevada.

La dinámica del tiempo y los espacios paralelos, claves en Angel Olgoso, se acentúa en Claroscuros donde interactúan creando esa atmósfera extraña en una escena de sexo duro donde a veces el personaje es protagonista y personaje de la película, otras, es el esposo en su domicilio y suma al público del cine como parte de esta mixtura dinámica de espacios contiguos. Visión cinematográfica y onírica, paso de un espacio a otro.

La muerte recorre muchos de los textos, ejemplifico con Manos que ven: una representación del mito de las tres viejas del tiempo que hilvanan la muerte. Avatar, La planicie con una visión onírica desde la muerte, Suicida, Sortes biblicae, El ángel, Cuando la tierra se convierta en una tarde de domingo en los suburbios.




Otros temas: Las moscas, una teoría sobre los pensamientos. Cuadridimensional, una dinámica descripción de la evolución humana. Destaco tres textos donde los recursos formales se desarrollan como una escalada de párrafos con sus propios conceptos conformando nudos encadenados, no es casual que uno se titule así: Nudos. Estructura semejante desarrolla en Sortes biblicae paradoja satírica o en Hábitat. En Cerco a la bella durmiente: sátira homenaje a los cuentos clásicos donde esos “nudos” se corresponden con preguntas.

Hay relatos donde cuentan los opuestos semánticos,  como si respondieran de alguna manera al título del relato Enantiodromia. En ellos hay un juego de opuestos, que puede ser vida y muerte. La estética repite ese esquema: la belleza formal versus las sensaciones de horror o pesada carga emocional. Veamos:

Enantiodromia- Según Heráclito: “el juego de los opuestos en el devenir”. “Todo lo que es, pasa a su contrario”. Podría decirse que este cuento onírico o mágico recrea tal devenir. Aquí los seres humanos asumen los roles milenarios de la historia. Ejemplos: una prostituta sagrada de Tánit, el rey Sijón de los cananeos, Guelfos y gobelinos en guerra o un guerrero nubio de Ramsés II. Un listado de personajes del pasado que vuelven al presente. Finaliza el texto con un sorpresivo vuelco: ahora es el propio narrador la víctima anónima de un accionar luctuoso. 

El horror está presente y esa significación de opuestos se reitera en textos siguientes incluso con forma de paradoja. Veamos: Intercambio, el narrador que dio la mano, se quedó con la mano de un muerto (vivo-muerto). El emperador ermitaño: El emperador chino vive como un asceta. Él “no ve ni oye las vanidades del mundo” pero la eternidad no le traerá el paraíso sino que le quitará la vista y el oído. La otra "vida" a la que aspira es realmente la "muerte paradojal". Los peligros de la ambición: un escritor sediento de reconocimiento busca la inmortalidad literaria. Imágenes como “estela vítrea de una nube al ras de la tierra” elevan poéticamente el texto. El personaje convoca a los clásicos y recibe un escarmiento fatal. Aquí se oponen inmortalidad vs. mortalidad como una paradoja. Posibles enormidades latentes: un niño nace con particularidades humanoides diferentes (normal-anormal).




Dentro de esta Máquina de pesares aparece Caballería volante, tan original como el Quijote. Aquí los molinos de viento son los psicofármacos que como mágicas muletas nos acompañan a sobrevivir con menos dolor. Los nombres de las medicaciones aparecen como gigantes caballerescos. Se yerguen como una creación humorística sin desperdicio. Estos últimos relatos son como epílogos que vuelven sobre los temas anteriores sin perder originalidad. Aborda también el tema de las parejas y el sexo, donde la relación amorosa se sitúa como una tortura de uno sobre el otro: Nictálope, un texto onírico donde ella puede ser "repulsivamente hermosa" y desangrar a su pareja. Doxografia que expone el rol de la mujer como ser sufriente en el escenario erótico. Sobre el mismo tema titula otros relatos: Amante empedernida, Insomnio. En De las limitaciones: las imágenes visuales recrean otra versión humanoide donde las vísceras y el resto de la anatomía se vuelve translúcida y bella con una ambientación estética gracias a la maestría de artesano del escritor. Son cuerpos y almas opuestos a la visión del hombre-máquina creado en esta obra. La conclusión estalla como una cita bíblica: la versión humana delicada y pura no pudo sostenerse debido a la seducción femenina. Ese galanteo de mujer destruye la supervivencia de esa especie alternativa. La decepción amorosa es tema en Escritura secreta al igual que en Orfelinato de las estaciones. La sensación de carga y tortura también se inmiscuye en la relación con el prójimo, como si el otro fuera un objeto enemigo (El prójimo). La muerte gana un nuevo espacio con Mutación es decir el regreso a la cualidad de polvo. Insiste en Una excursión con un grupo de absolutamente nadie, un magnífico recorrido por el planeta que se gesta post muerte.




También hace gala del humor en El futuro pertenece a nuestro alumnado o en La expectativa. Amanecer para los ciegos nocturnos es un abanico imaginario al que le agrega una chispa de humor.

Algunos argumentos posibilitan ese vuelo poético donde imágenes, sensaciones, metáfora y algunas enumeraciones se confabulan en la creación estilística. Menciono en este sentido La fortaleza donde la existencia es la imagen de uno en el recuerdo del otro, el poder de la memoria, el proceso psíquico que nos trae el duelo cuando el otro muere y uno muere en él. Simbiosis: como en un celuloide onírico pasa la historia antigua sobre el lector. Bramador de viento donde la soledad o la cárcel, es decir el silencio permite ver la naturaleza envuelta en paisajes sensoriales. Umbrales: una apertura a distintos escenarios donde aparecen sus típicas enumeraciones, como también Puerta de la multitud de maravillas donde cada una de las aberturas es la entrada a un escénico mundo de fantasías, leyendas y mitos.




La máquina de languidecer es el libro de la herida y del desgarro. Sus textos vivan la magia y la extrañeza. La prosa construye belleza en cada frase, cada reflexión, cada testimonio, en cada gota de espanto y horror enalteciendo los argumentos.

Cierra con Subir abajo, un broche final de esa adolescencia mortal, del destino cantado, de la curva biológica. Un micro que resalta la ternura del niño y la vuelta atrás del hombre viejo que baja la cuesta. Esa inocencia que persiste como un grito que estalla sobre el hombre manchado. Compruebo en la diversidad de este mundo olgosiano original, acogedor y misterioso, cuánta imperfección hay en la especie humana. El reloj interior es la conciencia de ese poder temporal que inexorable provocará un devenir en polvo. No hay esperanzas sobre la constitución de otra máquina mejor porque las ambiciones y debilidades provocarán la propia autoeliminación en el camino del universo. La Máquina anda, autodefine, convoca y transpira.




LILIAN HAYDEE CHERUSE

Profesora en Letras, escritora y gestora cultural. Posgrado Internacional en Cultura y Comunicación (FLACSO). Ex Directora General de la Comisión de Cultura y Educación Concejo Municipal Rosario. Participación en programas radiales, televisivos y en forma digital por medio de revistas, entrevistas y Canal TV +, en  eventos literarios como  AEN,  SADE San Pedro-Baradero, otros. Colaboró en Programa “El Concejo + la gente”, CableHogar, Canal 4 de Rosario.  2007 Diploma por labor cultural otorgó Movimiento Cultural Rosarino. 2010  Diploma de Honor por  labor Cultural e Interés Municipal del libro “Lilian Escribe”, otorgó  Concejo Municipal Rosario. 2019 Premio Madre Selva otorgó Medios TV+ como escritora y aporte cultural. 2019 Interés Municipal por “Vueltas Locas”, narrativa y “El cometa tiene un secreto”, infantil. Autora de reseñas y prólogos. Participó en Antologías, entre las que se cuenta Hispanoamericana de Microficción En Pequeño Formato (julio 2021). Ganadora 1 Concurso Infantil “Felices porque sí” con el libro Infantil “El avión Celeste” (julio 2021). Próxima publicación digital en septiembre 2021 de Eos editorial del libro “Bitácora de Cielos (Seis Narradoras del Norte Bonaerense)”.