MADERA DE DERIVA.
No es un narrador habitual. Olgoso levanta la alfombra de la realidad y nos muestra su envés. Lo hace con ese tono narrativo culto, preciso y rico en su vocabulario. Arrastra en su deriva astillas críticas, líricas, remotas e irónicas a la vez. Asombra el empaque enciclopédico que va de Borges a Perucho. Un narrador indispensable si queremos que esto que se escribe hoy siga llamándose literatura. Enhorabuena, Ángel. Y gracias por la dedicatoria.
(José Antonio Ramírez Lozano)
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