He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

viernes, 20 de enero de 2023

Artículo de Paolo Remorini en la revista Brumal

    Mil gracias al querido amigo Paolo Remorini por incluirme -con tan buena compañía- en este trabajo recién publicado en la revista Brumal.
    Ya en 2011 tuve el privilegio de que dedicara a un servidor su tesis doctoral en la Universidad de Pisa, “Il fantastico nella narrativa di Ángel Olgoso”.
    Os dejo con el resumen y un extracto.



Aproximación cognitiva a lo fantástico como vínculo: la teoría de las apercepciones. Definición y aplicaciones en relatos de Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y Ángel Olgoso
Paolo Remorini
Universidad de Granada


Resumen. Con este trabajo desarrollamos y damos a conocer una nueva teoría de lo fantástico denominada teoría de las apercepciones. Teniendo en cuenta las investigaciones de las ciencias cognitivas de las últimas décadas, sobre todo las relacionadas con la simulación encarnada, las neuronas espejo y el espacio de intersubjetividad, definimos lo fantástico como el vínculo que puede surgir de un desfase de las apercepciones como anomalía, alteración o transgresión de al menos uno de los niveles cognitivos y hermenéuticos que operan en cada experiencia narrativa. 
El enfoque cognitivo permite asimismo superar las críticas sobre lo fantástico como posible género literario autónomo o como modalidad narrativa que se implanta sobre distintos tipos de narración, mientras que cobra importancia el grado de profundidad del vínculo fantástico entre las apercepciones del lector y el texto. A tal fin, presentamos un posible esquema analítico de investigación de textos narrativos.

Palabras llaves: fantástico; ciencias cognitivas; apercepciones; simulación encarnada; intersubjetividad.


Vínculo expansivo: lo fantástico como transgresión

Indicamos como transgresión el vínculo expansivo que surge en un determinado nivel y que
termina por expandirse hacia otro(s) nivel(es) y otra(s) secuencia(s).

Para ver las implicaciones de dicho vínculo, analizaremos el cuento “Relámpagos”, de Ángel Olgoso, que pertenece al libro Los demonios del lugar, publicado por Almuzara en 2007. (10) La elección de este cuento se debe a la concatenación de distintos vínculos fantásticos con la cual se
estructura la narración y que llega a afectar de forma espiral los tres niveles.
Transcribimos el texto completo.

Un rayo fulminó nuestro palo mayor, arrojándome a la helada negrura de las aguas. Olas como cordilleras arremetían contra el barco, que crujía y cabeceaba espantosamente, guiado a la condenación de las rocas de bajío. La corriente me arrastró hasta el fondo, entre bocanadas, con la vista fija en las trombas de espuma de la superficie que se alejaba, hasta que unos brazos atraparon con fuerza mi cabeza y me devolvieron al aire. La matrona, bajo la cegadora luz del quirófano, dio unas vigorosas palmadas en mi espalda de recién nacido, depositándome sobre el pecho de mi madre, que sudaba y jadeaba aún por la dificultad del parto. Redoblé mi llanto, deslumbrado por la blancura del lugar, pero reconocí entonces el gorgoteo de un alimento invisible. Convergía hacia dos boyas que se mecían en la suavísima resaca, llamándome. Atrapé con furia aquellos pezones maternales en busca de una promesa de saciedad. Mi lengua bordeó los senos, descendió luego por un costado, invadió impetuosa los muslos y se demoró en el centro magnético del cuerpo de mi amante. Ya de madrugada, el rumor de su marido tras la puerta me empujó despavoridamente bajo la cama. Me latían las sienes. Petrificado entre los muelles y la alfombra de felpa, la vergüenza dejó paso al enojo. Renuncié a la seguridad de un horizonte de zapatos y tiempo estancado y asomé fuera la cabeza. Una de las balas enemigas hizo rechinar mi casco, devolviéndome al barro de la trinchera. Demonios de humo danzaban en la noche. Las explosiones de mortero se sucedían sin intervalos ante aquel lodazal ensangrentado. Recobré mi fusil, rugiendo de desesperación y sed irrefrenables, me afirmé sobre los pies y apunté impulsivamente hacia la llanura. Mi disparo derribó al asesino de mi hijo mientras se celebraba el juicio por el crimen. Hubo en la sala agitación de bombines y cuellos de celuloide, pero ese acto alivió mi cólera y mi amargura y pude rememorar por fin, sin estremecerme, su rostro tan grave para un niño de nueve años. Los guardias del tribunal me inmovilizaron de inmediato, obligándome a sentarme con cierta rigidez. Ajustaron después las correas de la silla eléctrica contra mis miembros. Cerré los ojos, como si ello me permitiera eludir la ejecución o creyese vivir en la linde un sueño interminable. Cuando alguien accionó los conmutadores del cuadro, la descarga bramó salvajemente a través de mi piel calcinada, fluyó por los muros de la penitenciaría, retornó a las alturas y perduró allí hasta asimilarse a un rayo que fulminó nuestro palo mayor, arrojándome a la helada negrura de las aguas. (Olgoso, 2007: 15-16)

    El relato consta de siete secuencias, desarrolladas cada una en pocas frases (la última secuencia, en la frase final), que representan momentos significativos en la vida de un hombre.
    Cada momento se forma gracias a la resignificación del sentido del discurso narrativo que dibuja el momento anterior. Así, el nacimiento descrito en la segunda secuencia (11) surge literalmente de la expresión «hasta que unos brazos atraparon con fuerza mi cabeza y me devolvieron al aire», que en el primero (12) representa la esperanza de salvación de un náufrago. La relación amorosa del protagonista con una mujer casada de la tercera (13) es la continuación adulta de la «promesa de saciedad» con la que el niño fue amamantado. El combate en guerra de la cuarta (14) comienza en el momento en que sale del precario escondite de la casa del amante («asomé fuera de la cabeza»). Los disparos de la batalla («me afirmé sobre los pies y apunté impulsivamente hacia la llanura») sirven a la venganza consumada en la quinta. (15) Hasta la sexta escena (16) de la ejecución judicial (anunciada por la detención en el aula del tribunal, «me inmovilizaron de inmediato, obligándome a sentarme con cierta rigidez»), que termina con las mismas palabras del principio del relato (la última secuencia, «un rayo que fulminó nuestro palo mayor, arrojándome a la helada negrura de las aguas»), en un movimiento circular que, por un lado, encierra toda la línea de vida de un hombre (desde el nacimiento hasta la muerte), y por otro activa mecanismos que cambian la perspectiva de toda la narración.

    Resumimos lo expuesto en el siguiente esquema analítico:

...

Figura 8. Esquema analítico de “Relámpagos”.

Podemos apreciar cómo a través de la polisignificación (el significante se traslada a otro contexto, otorgándole un significado distinto y configurando una epanalepsis horizontal de la acción) (se producen vínculos expansivos que permiten a los elementos fantásticos de traspasar los niveles (en concreto, el nivel lingüístico se expande hasta el nivel narrativo), readaptándose en cada nueva secuencia.
Finalmente, la última secuencia produce además un cambio paradigmático (metalepsis horizontal del personaje). Al releer el texto (algo que sugiere la propia circularidad del relato), observamos de hecho cómo el orden secuencial de la narración, que representa los distintos pasajes de la vida del protagonista, se configura como la sucesión de flashbacks (anticipados por los "relámpagos" del título) de esa misma vida que tienen lugar en la mente del protagonista durante los
momentos previos a su muerte, sino (la repetitividad de todo el discurso narrativo no tiene en realidad un cierre final) como representaciones oníricas repetidas e inofensivas (o incluso como alucinaciones delirantes). De aquí la indecisión epistemológica y ontológica final que conlleva el cambio de paradigma.
Cualquiera que sea la interpretación más convincente (decisiva en este sentido es la acción hermenéutica que Olgoso deja en mano del lector, que debe evaluar cuidadosamente todas las conexiones), podemos ciertamente apreciar la forma en que el núcleo narrativo de la historia (toda la vida de un hombre) se esboza en breves secuencias que consiguen representar un mundo propio, interno y autosuficiente (condensación del discurso), a la vez que sugieren y crean una narración y desarrollo interpretativo externo a este mundo (analogía).

Conclusiones

A lo largo de este trabajo hemos intentado dar cuenta de cómo los avances neurocientíficos sobre la simulación encarnada y las neuronas espejo, relacionados con las cognitivas capacidades sociales de interpretar e interrelacionarse con los demás, implican la configuración de un espacio de
intersubjetividad donde se materializa el acto de lectura y donde se actualizan las apercepciones previamente condicionadas por distintos factores. La secuencia de decodificación y recodificación de los signos gráficos y las asombrosas evidencias sobre el proceso bidireccional visivo ojo-cerebro,
han evidenciado el papel de las apercepciones, incluso en este ámbito, y la importancia cognitiva de
las anomalías lingüísticas y paradigmáticas.
De esta forma, hemos propuesto nuestra teoría de las apercepciones sobre lo fantástico como
vínculo que puede surgir a través de anomalías, alteraciones y transgresiones en cualquiera de los niveles cognitivos implicados con la lectura, ofreciendo también un esquema analítico de investigación que permita analizar los textos narrativos.
A través del análisis de algunos casos concretos, consideramos demostrado el papel que las apercepciones desarrollan en la creación de vínculos fantásticos determinantes en los procesos cognitivos y hermenéuticos de textos fantásticos.
No cabe duda que habrá que profundizar en los distintos asuntos surgidos a lo largo de este artículo, que no deja de ser un estudio introductorio sobre la cuestión, pero consideramos que el enfoque cognitivo propuesto nos permite, a través de la secuenciación de los textos y la averiguación del tipo de vínculo que se va instaurando como desfase de las apercepciones entre el lector y el texto, superar y encauzar de otra forma los debates sobre el estatuto genérico o la configuración como modalidad narrativa que acucian la crítica relacionada con lo fantástico desde el trabajo de Todorov en adelante. Queda, por supuesto, ahondar en el análisis de otros textos y remarcar cómo los vínculos fantásticos configuran la lectura y la interpretación de las distintas narraciones, y queda abierta también para futuras investigaciones la posible diferenciación cognitiva
de vínculos entre realismo mágico y narraciones fantásticas.

10 Trazamos ya en el pasado un recorrido acerca de las múltiples facetas del autor granadino en el artículo “Fondamenti della poetica di Ángel Olgoso” (Remorini, 2012).
11  Cuatro frases: «La matrona, […] una promesa de saciedad».
12  Tres frases: «Un rayo […] me devolvieron al aire».
13  Cinco frases: «Mi lengua […] asomé fuera la cabeza».
14 Cuatro frases: «Una de las balas […] hacia la llanura».
15 Tres frases: «Mi disparo […] cierta rigidez».
16 Tres frases: «Ajustaron […] a la helada negrura de las aguas».


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