He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

jueves, 6 de agosto de 2020

GRANADA EN EL AÑO 2039 (6ª entrega)






6.- TURISMO.

Es una plaga en nuestra ciudad; es decir, lo fue, puesto que ya no existe. Aproximativamente, Granada y su cosmopolitismo han perdido un poco la prestancia. Nada queda ya que merezca la pena ser oteado en el artístico lastre de su pasado, pasado con tanto futuro como un botafumeiro suplente. Varias series consecutivas de causas -fenoménicas, nomológicas, tardobiológicas y otras de nombre aún más impresionante- se sincronizaron para que emanara del conjunto un aroma definitivamente provinciano.

Coda: Con la mano en el esternón artificial, ¿quién, en su sano juicio, burlaría las dunas y el cordón eólico y desembolsaría los 50000 federicos reglamentarios de aduana en las autopistas abandonadas para visitar el llameante invernadero oculto bajo el Parasol Metropolitano, o para codearse con sus habitantes de piel color entrañas de arenque (hermosa tonalidad adquirida por el languidecimiento propio de un exceso de incubadora) y compartir nuestra sequía perpetua, nuestro defectuoso sistema de transporte, nuestro temor a pinchar una albóndiga por los continuos sabotajes terroristas del grupo subversivo "Reino de Granada", nuestras purpúreas pirámides de basura, nuestras guerras literarias granatenses, nuestras carreras amañadas de dromedarios en el infecto dródromo del Zaidín, nuestra compota de lagarto-todavía-vivo exclusiva de ese establecimiento tan característico del tipismo granadino como es la sucursal de "Harrods" en Vip-Rambla, nuestro aventurado desprecio por los libros de reclamaciones o el terrorífico abejorreo de los "drummers" de las 2.212 bandas de rock coránico censadas en la Delegación de Epifenómenos? 


7 - FESTIVAL DE MÚSICA Y DANZA.

La crisis financiera por la que atraviesa un año más el Festival -auténtica "Wunderkammer" que presta cierta satisfacción a la estancia en este valle de lágrimas resecas- ha obligado a cancelar las actuaciones de las orquestas y grupos internacionales previstos en un principio, siendo reemplazadas de forma inmejorablemente azarosa por la presentación, en batín y sobrepelliz, de Arrancapinos con su tambor, Perico con su caña y, al baile, Cagancho con sus hemorroides. El público, selecto y sabio degustador, hipnotizado a la luz de los hachones por los bellísimos trémolos en sexta disminuida de fa bemol mayor sostenido, estalló al final en un fragoroso y remolineante miasma de aplausos (que recordaba vagamente a la división del continente de Gondwana) mientras lanzaba al aire con desacostumbrado entusiasmo sombreros de copa, tiaras, leontinas magnetos superconductores y alguna que otra quijada de asno.

Coincidencia puramente accidental, Espiridión Zamora Momosteando, director del Festival de Música y Danza desde la semana anterior, recibió con aplomo y gorjeos diversos su nuevo destino al frente del Festival de Sainetes de Vanguardia, sito en la "Maison de Conchita Barrecheguren" (reconstruida) bajo la advocación de san Joaquín y san Serafín Alvarez Quintero. 



ÁMBULO IV (Patologías)



1.- EL SACRO DEPORTE

El 29 de noviembre pasado, con la pompa habitual, se celebró en el Futbolario Máximo "Ralphy Córdoba Predraxas" (fabuloso domo trapezoidal construido según los ejes maestros de la arquitectura diédrica) la presentación de los nuevos jugadores del equipo local. Estandartes, himnos, libaciones, purificaciones, oráculos y un pandemónium de buena ley -los individuos de pobre vida interior exigen estímulos violentos- prestaron colorido al recinto circense. Es superfluo revelar que en la liturgia oficial que se desarrolló a continuación llamearon una vez más a gran altura los Arcanos del Sacro Deporte: desde el trono adornado suntuosamente en platino con motivos entrelazados de yucales, candelarias y flamboyanes, el Seleccionador-Presidente realizó la aspersión sagrada con un hisopo de diminutos baloncillos de oro y, mientras de su índice recamado de topacios parecía partir una lluvia de espermatozoides dorados sobre los doce nuevos postulantes del club, salmodiaba aquel sin cesar la Melopea Divina, la Esencia de su Temible Verbo, las Emanaciones de su Privilegiado Cerebro. Prosiguió la homilía balompédica bajo el estrado, en el área de penalti. Los doce jugadores, obnubilados por el efecto embriagador de la neblina malva del incienso y por la presencia de su superior, se dispusieron de buen grado para lo que es considerado comúnmente como el sistema perfecto para establecer la camaradería vital en pos del triunfo deportivo: con los ojos levantados al cielo del Parasol Metropolitano y los traseros bien prestos, fueron sodomizados uno a uno por la Venerada Méntula del Seleccionador-Presidente. Las feroces hinchadas del graderío jaleaban cada embestida hasta el delirio como consumados palmeros (dicho sea sin velada alusión al difunto papa Clemente, que nada tiene que hacer aquí), prorrumpiendo en un rematador clamor que cualquier viajero no dejará de advertir como excepcional en estos pagos desérticos. 


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