He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

martes, 29 de abril de 2025

José Salobreña y el Baúl de Federico

José Salobreña García es mucho más que un pintor, es la memoria viva de Fuente Vaqueros, de la Vega del Genil y de la familia Lorca, a la que pertenece. Artista insobornable y hospitalario, dinamizador cultural independiente, acaba de dar a luz una admirable iniciativa, la colección El Baúl de Federico, un proyecto de libros de artista cuya primera obra es un libro reversible en tapa dura, un libro único y doble formado por “La tierra de García Lorca” y “La Fuente de Federico”, publicado por Entorno Gráfico con el apoyo de Ona Hotels. La edición se presentó la semana pasada en el Colegio Mayor Bartolmé y Santiago, donde los amigos rodearon a una persona comprometida con su legado, con las raíces, las historias, las costumbres y las gentes de esta tierra, y recordaron la larga dedicación al arte de José Salobreña, así como su amor por ese privilegiado enclave natural que es el Real Sitio del Soto de Roma, conjunto patrimonial colmado de belleza e historia.

“La Fuente de Federico”, que lleva un poético prólogo de Antonio Enrique, es un recorrido por la obra pictórica de José Salobreña, óleos de colores vivos, aguadas, grabados, acuarelas, estampas, acompañado por letrillas en romance popular. “La tierra de García Lorca”, también profusamente ilustrado y que cuenta con prefacios del gran Mauricio Wiesenthal y de Carlos Barrau, es una versión rica, impecable y maravillosamente realizada por el escritor Pedro Ruiz-Cabello Fernández a partir de “Molino de Tiempo”, del propio José Salobreña. Ambos han tenido la gentileza de incluir en este volumen las humildes palabras que escribí acerca de la primera publicación de Pepe, la artesanal “Pequeña historia de mi pueblo: Fuente Vaqueros, cuna de García Lorca”.

Dos sentimientos le embargan a uno ante hermosas e impagables iniciativas como esta: el agradecimiento a la labor y al empeño de un testigo privilegiado por preservar el alma de un lugar y de una época, por rescatar para futuras generaciones el sustrato auténtico que nutrió a Federico, la simiente de su imaginario. Y, por otro lado, la nostalgia por todo lo que trituró “el molino del tiempo”. Quizá habría que añadir el dolor, porque a José Salobreña -ajeno a los “sahumerios del politiqueo”, a los “ratones coloraos” y a la “enlorquecida paranoia”- le duelen los atropellos, las mentiras y los intereses espúreos creados en torno a su tierra, a su pueblo y a su poeta.

Larga vida a la colección El Baúl de Federico y a personas como Pepe Salobreña.











lunes, 28 de abril de 2025

Festival de Primavera Literaria y Musical en Vera

Un hermoso encuentro literario y musical de distintos países en el Convento de la Victoria de Vera, organizado y presentado por el entrañable amigo Rafael García, defensor infatigable de la cultura y ‘alma mater’ de su Aula de las Artes y las Letras. En torno al Día del Libro, fue un placer compartir las nubes pasajeras de mi volumen de haikus “Ukigumo” y mi prosa poética “Las nubes” de “Astrolabio”, y hacerlo en compañía de enormes poetas como Marina Tapia (Chile), Perfecto Herrera o Beatriz Campos (Venezuela). A destacar también las interpretaciones musicales de la soprano ucraniana María Stikhun (con su bandura, impresionante instrumento de cuerda pulsada que combina deliciosamente la cítara y el laúd) y del violinista occitano Fernando Rodríguez.










miércoles, 23 de abril de 2025

Jurado de la V Beca de Escritura de la Casa de Belmonte

Mil gracias a Antonio Tamez-Elizondo y a María Ruiz por contar con un servidor como jurado de la V Beca de Escritura de La Casa de Belmonte, un retiro para escritores en el bajo Aragón. Cada año, entre uno y tres escritores pueden albergarse en el refugio de forma gratuita durante 8 días, y desarrollar allí parte de su proyecto narrativo. Otros años han sido jurado escritores como Sergio del Molino, Elvira Lindo, Milena Busquets, Sabina Urraca o Alex Susanna.
María Ruiz levantó su sugestiva idea poco antes del confinamiento para que novelistas, poetas, cuentistas, guionistas y hasta quien trabaja en su tesis doctoral pudieran escribir en paz, compartir lecturas y experiencias literarias y recibir asesoramiento.
La Casa de Belmonte, en un pueblo escondido con tan sólo 90 habitantes y rodeado por un valle de pinos, almendros y olivos, posee el lujo del espacio y el silencio. Cuenta con habitaciones dobles con salita propia y balcón, cocina, biblioteca, jardín de tertulias, el archivo Membrado e incluso una ermita cercana con su vieja casa del ermitaño disponible también para trabajar en absoluto silencio.
Mucha suerte a los participantes.






jueves, 3 de abril de 2025

“La larga digestión del dragón de Komodo” en Youtube

“La larga digestión del dragón de Komodo” en Youtube: ‘Relatos Breves con Miriam Salinas. Cuentos diarios de menos de 2 minutos’.



LA LARGA DIGESTIÓN DEL DRAGÓN DE KOMODO

    Alrededor de las once de la mañana, a petición mía, el vehículo oficial del Ministerio me deja ante la vieja casa -ahora abandonada- donde viví cuando era niño. El asistente dobla mi abrigo en su brazo, esperándome. Aplasto el puro contra la acera deshecha. Sin pena, sin ternura, puede que con suficiencia y hasta con un ligero asco, veo el zócalo gris ratón, la puerta carcomida, los escombros de la salita. Subo las mismas escaleras que cuarenta años antes me llevaban al pequeño dormitorio. Los balcones están cerrados. Parece de noche.
    -¿De dónde vienes a estas horas, sinvergüenza? -Es el vozarrón de menestral de mi padre, repudiando una vez más mi conducta.
    Bajo la cabeza para tolerar el horror. Miro mis pantalones cortos, mis zapatitos embarrados que se tocan por la puntera buscando un arrimo, un cálido refugio. En la penumbra, mi padre hace un movimiento amenazador, como si inclinara su cuerpo hacia delante. Oigo un eco familiar, ese roce seguido de un chasquido que se escucha cada vez que mi padre se quita el cinturón.

(“La máquina de languidecer”, Páginas de Espuma, 2009)