He creado el Blog para compartir mi admiración por este singular escritor español, creador de un mundo propio, poético e inquietante, de una obra que trasciende los límites del género breve, del simbolismo y de la literatura fantástica. (Marina Tapia)

domingo, 14 de octubre de 2018

Astrolabio ilustrado (11)

Al abordar la ilustración de este relato de Astrolabio quise unir la figura del ventilador a la de un faro, que vigila a la pareja mientras duerme a la deriva en el mar de los sueños. Me gusta la idea de los objetos que se transforman. Creo que muchos relatos de Ángel apuntan a las metamorfosis, a la polivalencia de los artefactos, a la vida secreta de las cosas inanimadas. Me pareció interesante fusionar la luz y el aire como elementos perturbadores de nuestra tranquilidad. No le quitéis ojo a esas piezas mecánicas, aparentemente inofensivas, que os rodean o velan vuestro sueño. 






ARTÍCULO GENUINO 



La pareja duerme. Un ventilador con cabeza oscilante, de pie frente a la cama, vela los cuerpos. Sus aspas giran veloces y sigilosas, de un lado a otro, sin interrupción. En el calor nocturno todo está quieto, distendido, aletargado, en silencio, salvo el mecanismo que hace bascular la redonda cabeza del ventilador, obsequioso y altanero a un tiempo, pugnaz pero con movimientos inequívocamente controlados, como si mirara a la derecha, evaluando los detalles a la vista, y luego vigilara su izquierda, embistiendo de la manera servil que imaginamos en una máquina. El ventilador domina el espacio sin desfallecer, lame incansable los dos cuerpos con lengüetazos de suaves masas de aire removido. La pareja descansa, no se precave del rumor, de la leve vibración vertiginosa, de la compañía inquieta y familiarizada con sus secretos que todas las noches se orienta en la oscuridad, delineándola, segándola, en un punto ciego entre la indiferencia y la determinación. La pareja sueña despreocupadamente, vuela sin sobresaltos, ajena al movimiento acompasado e implacable del ventilador, a su morbosidad de centinela fiel, a su obsesivo zumbido, a su monotonía despiadada.

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