El baile de los silenos, el blog del profesor y magnífico escritor Antonio Serrano Cueto, se hace eco hoy del nacimiento de este blog. Antonio y Ángel presentaron juntos en la Biblioteca de Andalucía de Granada la interesantísima antología Después de Troya. Microrrelatos hispánicos de tradición clásica (Menoscuarto) el 19 de mayo de 2015.
Y en su libro París en corto, "un mosaico de relatos donde nada es lo que parece, de los que surge un París insólito, menos conocido para el viajero pero igualmente fascinante, una ciudad inquietante y seductora a partes iguales", Antonio Serrano Cueto incluye el siguiente texto:
EL DUELO
A Ángel Olgoso
Sus padrinos han elegido una parcela umbría del bosque de Vincennes. La hojarasca cubre el suelo en la mañana fijada en el calendario. El Hombre Rebelde, sobrio incluso en lo imprescindible, apenas desayuna. Está algo deprimido y le sudan las manos. En cambio, el Filósofo Marxista toma varios de esos cafés minúsculos que beben los parisinos con excesiva liturgia, acompañado de un croissant con mantequilla, y luego se entrega al placer humeante de su pipa. Poco después dos vehículos se detienen en el límite del bosque y sendos grupos de hombres con semblante grave descienden, consultan sus relojes, caminan hacia el punto de encuentro. Comienza a llover sobre París, o quizá llueva únicamente sobre la arboleda que acoge este trance existencialista. Los padrinos revisan las pistolas, recuerdan las normas elementales del duelo, colocan a los contendientes espalda contra espalda y se retiran de la línea de fuego. Veinte pasos separan las diestras firmes que empuñan las armas. La lluvia contiene la respiración en ese instante supremo.
Mientras fuma después del desayuno, el Filósofo Marxista pagaría cuanto fuese necesario para que aconteciera esa cita lluviosa en el bosque de Vincennes y que el corazón del Hombre Rebelde dejase de latir traspasado por su bala certera. Pero la historia es insobornable y tiene reservada para el Hombre Rebelde otra cita, esta vez mortífera, en una carretera de Villeblerin.
(Antonio Serrano Cueto, París en corto, Valparaíso Ediciones)
Siendo el maestro de los formatos breves (y brevísimos) mucho hemos tardado en disfrutar del primer blog dedicado a Angel Olgoso. Enhorabuena (no a los ideólogos de esta maravilla) sino al público que ahora puede disfrutar de los relatos de Olgoso con solo apretar un botón. Eso sí, donde se ponga el placer de saborear páginas y páginas de la mejor literatura phantástica, que se quite lo demás.
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